Cerré la puerta y me senté en el suelo. Necesitaba aclararme en todos los aspectos. Sabía que sentía algo por él. Algo diferente a lo que sentía hace dos escasos días; algo diferente a ‘es mi ídolo’. Cuando estaba con él era imposible que esa alegría o incluso mi timidez desapareciesen un segundo.
Tenía miedo. Ese simple miedo a saber lo que él sentía. No quería precipitarme. No quería hacerle daño… Me volví a calzar y cogí la cazadora. Fui a sacar a Luna. La noche era fría y parecía que iba a llover tarde o temprano. La di un paseo hasta el parque al que siempre iba con ella. De camino a casa comenzó a sonar mi móvil.
- ¿Sí?
- Cantia, que soy Gabriel.- Respodió animadamente.
- ¿Gabriel? Oh Dios mío, cuanto tiempo sin hablar contigo. Que sepas que por aquí se te echa de menos. Ya me dijo Silvia que te habías ido a estudiar a Madrid…
- Sí, conseguí la beca. Yo también te echo de menos enana. ¿Qué tal te va?
- Pues genial. Todo genial. Jo, te quiero ver que te tengo que contar una cosa importante…
- Pues me verás, porque ¿sabes qué?
- Dime.- Contesté eufórica.
- Que mañana a las cinco de la tarde cojo un vuelo a Londres para verte.
- No me lo creo… ¿En serio?.- Dije gritando.
- ¡Sí!.- Contestó mientras se reía.
- Pues vienes a mi casa que ya sabes que aquí hay una cama para ti tontín.
- Of course!! (aclaro: estábamos hablando en Español)
- ¿Y cuánto tiempo te quedas?
- Pues nada… llego mañana y me voy pasado por la noche… Aprovecho que el Lunes no tengo que ir a la facultad. Me apetecía hacerte una visita y ver que tal te iba la vida…
- Bueno, algo es algo.
- Pues sí… Bueno Canti, que me tengo que ir que he quedado con estos para salir a tomar algo, ¿vale?
- Vale, tranquilo. Salúdales de mi parte.
- Lo haré. Mañana nos vemos.
- Olle, ¿te voy a buscar?
- No hace falta, ya pillo un taxi y llego hasta tu casa que ya me diste la dirección.
- Ah no, dime a que hora llegas que yo te voy a buscar.
- Que cabezona eres…
- Ajá, ya lo sabes tú bien.
- Pues el vuelo llega a las siete menos cuarto de la tarde.
- Vale, allí estaré.
- Hasta mañana enana.
- Te quiero.
- Y yo.
Colgué. Gabriel era mi mejor amigo. Desde que teníamos escasamente doce años habíamos sido, él, Silvia y yo, un apoyo mutuo. Gabriel me había apoyado en cada aspecto, error y momento de mi vida. Habíamos compartido cada alegría desde entonces. Le echaba de menos. Llevaba sin verle desde que vine a Londres pero hace años juramos que siempre seríamos mejores amigos, los tres. Tenía que contarle lo de Doug.
Llegué a casa y subí a ducharme y ponerme el pijama. Eran las nueve menos cuarto y no tenía hambre. Cenaría después. Luna estaba tirada encima de mi cama durmiendo placidamente. A veces la envidiaba. . Me apetecía conectarme a Tuenti y Twitter. Quería ponerme al día. Cogí el portátil y entré en Twitter. Leí algún nuevo Tweet de Tom comunicando lo que había sido su día con Giovanna. Le había pedido matrimonio la noche anterior. Eran perfectos. Hablé con algunas amigas de España y antes de desconectarme volví a mirar la cronología. Dougie había escrito un nuevo Tweet.
‘Tarde perfecta, día perfecto. A cenar con los tortolitos’
Mi cuerpo se estremeció. Era imposible que hubiese escrito eso. Cerré sesión y me conecté al Tuenti. Silvia estaba conectada y estuvimos hablando con la Cam puesta durante una hora o más… La conté todo lo que había pasado hoy y Silvia no paraba de sonreír. Sabía lo que me pasaba. La enseñé la canción que había cantado a Dougie esta tarde y hablé con ella sobre la llamada de Gabriel. Silvia ya lo sabía y al principio iba a ir con él para darme una sorpresa, pero no pudo porque el Lunes tenía un examen del nuevo temario en la facultad. Nos despedimos y puse el reproductor de música. Sonaba ‘Crash’ de Sum 41. Esa canción me hacía pensar demasiado así que subí el volumen y fui hacia la cocina. Eran las diez y mi estómago ya comenzaba a quejarse. Preparé una tortilla de patata. Me había salido un poco grande así que lo que sobraría hoy, lo comería mañana con Gabriel. Me serví dos pinchos con un poco de ensalada que había preparado también. La tortilla me había salido buenísima. Fui a cenar al salón y apagué el reproductor. Encendía la televisión y puse MTV. Estaban dando Plain Jane. Cené y fui a la cocina. Puse el lavaplatos y cogí el móvil del bolso. Estaba cansada. Hoy me había levantado temprano. Miré las llamadas y tenía una de esta tarde. Era Kate, una compañera de clase y una buena amiga. Al ver que no había cogido me había enviado un sms.
‘ Cantia, ¿sales esta noche conmigo y algunos más? Por favor, contéstame que a saber lo que estarías haciendo tú antes… chst! ,
Unbeso, Kate Xxx’
‘ Pequeña guarra. Pues es que no te he podido coger porque estaba viendo una película y tenía el móvil en silencio… Sé que es tarde y que ahora mismo estarás ya por ahí pero no iba a salir de todas formas. Estoy muy cansada.
Otro para ti cariño. ‘
Después de contestarla subí a mi habitación y dejé al móvil en la mesita. Retiré a Luna de encima de los cojines y me metí en la cama. En poco tiempo me quedé dormida pero el sonido de mi móvil me despertó. Me habían mandado un sms. Esperaba que fuese urgente como para despertarme de mi plácido sueño. Antes que nada miré el reloj. Las once menos cinco. Vale, el que hubiese sido tenía la disculpa de que para ser sábado, era pronto. Pensé que Kate me habría respondido pero no fue así. El mensaje provenía de un número que no conocía y que en mi agenda ponía en el nombre ‘ Mr. X ‘
‘ Buenas noches,
Mr. X quería comunicarle que se lo ha pasado genial el día de hoy y que cuando menos se lo espere, señorita, le tendrá molestándole. Sin más dilación,
Un saludo Ms. Pecas ‘
‘ Querido Mr. X,
Quería comunicarle que a despertado a ¿Ms. Pecas? Yo también me lo he pasado genial y ¿cuándo menos me lo espere? Que miedo me das…
Otro saludo para usted Mr. X
PD: ¿Cómo has conseguido mi número? ‘
Estuve esperando un mensaje de vuelta durante diez minutos pero no llegó. Este era idiota. Volví a dormirme.
Comenzó a sonar el timbre sin parar. Me desperté y miré la hora en el móvil. Por favor, eran las siete y media de la mañana y las gotas de agua sacudían mi ventana. Sí, estaba lloviendo.
-¡¡No pienso levantarme de la cama, que por cierto, se está muy bien, para abrir a nadie!!.- Dije a pleno grito.
La puerta siguió sonando. No iba a bajar. Seguramente haría frío y no me apetecía levantarme. Todavía no. No paraban de llamar a la puerta, cada vez más fuerte y Luna comenzó a ladrar. Escondí mi cabeza entre los cojines. Me estaba empezando a doler la cabeza. Cogí el edredón de la cama y me tapé con él. No me equivocaba, hacía frío.
- Podrías parar de llamar a la puerta , ¿no?.- Dije gritando mientras bajaba las escaleras.
Antes de abrir la puerta fui al pequeño baño de abajo. Tenía los ojos a medio abrir y mi pelo estaba atado en un pequeño moño bajo. Sí, todo lo que la expresión dice ‘me acabo de levantar de la cama’. Llevaba un pantalón de pijama largo y demasiado ancho pero la camiseta era una simple básica blanca de tirantes. Menos mal que me había envuelto con el edredón porque sino hubiese muerto de hipotermia (?) Salí y abrí la puerta. Vale, ahora entendía su mensaje… Dougie estaba sentado en el suelo dando golpes con la cabeza a la puerta. Al abrirla Dougie se cayó para atrás.
- Buenos días Ms. Pecas.- Dijo tumbado en el suelo sonriendo y mirando hacia arriba.
- ¿Buenos días? Dougie, ¿ves normal que me haya tenido que levantar de la cama con el frío que hace a las siete de la mañana un domingo?.- Dije todavía enfadada pero no pude contener la risa al verle en esa situación.
- Pues no, muy normal no es pero ya sabes, soy Dougie, no soy normal.- Dijo riendo.
Le tendí la mano para poder ayudarle a levantarse. Antes de entrar cogió unas cuantas cosas del suelo.
- ¿Qué es eso que traes?.- Pregunté curiosa.
- Mi bajo, mi móvil y una bolsa llena de galletas de chocolate. Pero llena llena, ¿eh?
A la vez que iba nombrando los objetos los levantaba con las manos.
- Vale, pero, ¿Tu bajo? Porque supongo que la bolsa llena de galletas de chocolate, ‘pero llena llena, ¿eh?’, sea para desayunar.- Dije riendo.
- ¿Para qué va a ser? Para tocarle.- Dijo riendo.- Bueno, como dijiste que algún día te gustaría aprender a tocar el bajo y no estuviste muy convencida de mi propuesta, soy tu profesor a la fuerza.
- Vale profesor.- Dije riéndome.
Entramos y le dije que dejase el bajo en el salón. Fuimos a la cocina.
- ¿Qué quieres para desayunar?.- Pregunté bostezando.
- ¿Tienes Nesquik?.- Dijo también bostezando.- Con las galletas estará JAHDASHDASJLK.- Comenzó a babear.
- ¡Wiiiii!.- Dije sonriendo.
- Vale, me lo tomaré como un sí.- Comenzó a reírse.- Pero antes déjame preguntarte, ¿esa es la nueva moda en pijamas?
Sí, se me había olvidado por completo que llevaba el edredón de la cama tapándome por completo.
- No Dougie, no. Pero lo pondré en mi lista de ‘cosas que hacer antes de morir.- Comencé a reír sin poder parar.- A ver, como comprenderás es Abril y está lloviendo, además de que es muy pronto.- Le miré de una manera amenazante.- Todo eso equivale a que tengo mucho frío por las mañanas pero bueno, ahora ya no tanto.- Me quité el edredón y le tiré en el suelo.
- No hay quién te entienda…
Doug comenzó a reírse y yo con él. Al oírnos, Luna bajó rápidamente a dar los buenos días para después volver a tirarse en el edredón que estaba en el suelo. Cogí dos tazas y preparé los Nesquik. Los metí en el microondas y me senté en la silla que había libre en la cocina. Apoyé mi cabeza en mi mano y fui cerrando los ojos.
- ¡I NEEEEED A WOMAAAAAN!.- Comenzó a cantar Dougie a grito pelado.
- Tío, ya sabemos que andas desesperado pero déjame descansar un rato.
- Que sepas que me he levantado a las seis de la mañana para que Tom no se enterase de que le he robado la caja de las galletas.- Comenzó a reírse.
- Estás loco… Que sepas, que ayer estuve diez minutos esperando un mensaje de vuelta cuando podía haber estado durmiendo. Já.
- Me apetecía dejarte con la intriga.- Dijo guiñándome un ojo.
El pitido del microondas interrumpió la conversación. Me levanté dispuesta a sacar las dos tazas de él pero Dougie fue más rápido.
- ¡Au, Dios! Quema, quema.- Dijo gritando.
Empecé a reírme de una manera un tanto escandalosa siendo observada por Dougie con una mirada un tanto extraña. Dejó las tazas en la mesa de la cocina y sacó las galletas. Yo fui a la nevera y saqué mi bote de nata montada.
- ¿Tú también lo haces?.- Dijo Doug sonriendo.
- ¿El qué?
Dougie cogió la nata y la echó en su taza. Cogió tres galletas y las metió dentro para después llevárselas a la boca.
- Esto.- Dijo con la boca llena.
- ¡Sí!.- Dije con una sonrisa en la cara.- Pero yo las galletas me las como de una en una.
- Están más buenas de tres en tres. Hazme caso.
- Después lo pruebo. Bueno, contesta. ¿Cómo conseguiste mi número?.- Dije dando un sorbo a mi estupendo desayuno.
- Pues hombre, lógico es. Mientras tú estabas en el baño, cogí tu móvil y le apunté y después te apunté el mío. Joder, los bigotes me persiguen.
- Ah vale, que listo eres Dougie.- Dije riéndome.- ¿Los bigotes?
- Sí. Tom quiere dejarse bigote para dentro de un mes… y tú ahora tienes uno comestible.- Dijo con cara pensativa.
Comencé a reírme y pasé mi lengua por el supuesto ‘bigote’ de nata.
- ¿Así está bien?
- Sí, aunque estabas muy graciosa con el bigote.
Desayunamos entre risas, bromas y miradas. Después de desayunar, Dougie recogió las tazas y se dispuso a fregar.
- Idiota. hay lavaplatos.
- Ñañañañaña
- Eres tonto de verdad.- Comencé a reírme.- Así limpiaba, así así. Así limpiaba, así así, Así limpiaba, así así. Así limpiaba que yo la ví…- Dije cantando en español.
- Cantia, no me he enterado de nada.- Dijo dando pena.
- Nada Doug, que estás muy sexy fregando platos.- Dije riéndome.
- Ya, ya sabía yo que te ponía que fregase los platos.- Dijo con todo el ego posible.
- Sí Doug, mucho.- Dije riendo.
Me senté en la silla esperando a que acabase Doug y recogí el edredón para después llevarlo al salón.
- Acabe.- Dijo emocionado y salpicándome con las manos.
- ¿Por qué me haces esto?.- Dije poniendo morritos.
- No das pena.- Dijo riéndose.
- Eres odioso.
- Gracias.- Dijo todavía riendo.
Fuimos al salón y nos sentamos en el sofá. Doug cogió su bajo y lo sacó de su funda.
- ¡Oh por Tom! Es tu bajo azul. MUEROME.- Dije tragando saliva.
- Vale… Sí, es él.- Dijo riendo.- Toma, cógelo.
Cogí el bajo. El bajo que tantas veces había visto a través de la pantalla del ordenador. Le puse en posición y pasé mis dedos por cada cuerda haciendo que el simple sonido que salió, hiciese que la piel se me erizase.
- Bien, suena bien. Cantia, ¿tienes frío?
- No, no, estoy bien. Lo que pasa es que, es perfecto.
- Sí, ya lo sabía.- Comenzó a reírse.- Bueno, primero te enseñaré el sonido que da cada nota. La primera es sol, la segunda re, la tercera la y la cuarta es mi. Compruébalo.
Toqué cada cuerda y escuché cada nota. Disfrutando de aquello fantásticos segundos. Comprobando el timbre y sonido. Doug me enseñó algunos ritmos y algunas posiciones de los dedos en los trastes.
- A ver, tienes que colocar el dedo índice en el segundo traste en la cuerda de sol y pasar al sexto con el anular.
- ¿Así?.- Le mostré lo que me había enseñado.
- Más o menos mira.- Dijo riéndose.
Llevo sus manos hasta mi mano izquierda. Aquel simple roce hizo que un escalofrío se adueñara de mí y que nuestras miradas se encontrasen. Pude escuchar como Dougie tragaba saliva y noté como comenzaba a ruborizarme. Bajé la mirada instintivamente y Doug me colocó la mano un poco más abierta para que pudiese llegar fácilmente al traste.
**
Siento que este capítulo sea tan... shit? Lo he dejado así porque necesito pensar en como continuar. La idea la tengo pero estoy trabada en desarrollarla... Muchas gracias a todas las que leéis y votáis, y gracias a esas personas que me ayudan día a día.
Se os quiere.
PD: Tardaré unos días en volver a subir porque necesito ir desarrollando la idea, pensar más que nada. Gracias.
domingo, 31 de julio de 2011
viernes, 29 de julio de 2011
Capítulo VIII
Narra Doug:
Salí del portal todavía sin saber muy bien lo que había pasado ese día. Tenía miedo a volver a sentir eso que algún día acabó, por llamarlo así, conmigo durante una temporada… No quería volver a pasar por eso, nunca más. Llamé a Tom para ver si ya estaba en casa. Tenía que hablar con él antes que con ninguno de los demás.
- Ei Tom, ¿dónde andas?
- Pues… ahora mismo estoy poniendo la comida a Marvin, ¿y tú?
- Em.. De camino a casa. Ahora mismo llego. Tengo que hablar contigo.
- Vale, aquí te espero.
Colgué y comencé a caminar hacia casa de Tom. Sabía que iba a estar Giovanna pero también me apetecía que ella me escuchase. Ella me había apoyado demasiado desde el principio de McFly, tenía que saber esto la primera. Durante el camino unas cuantas fans me pararon para que las firmara un autógrafo o cualquier objeto que tuviesen a mano, además de echarse una foto conmigo.
Durante el camino estuve pensando en lo que sentía. Cantia me hacía olvidarme de todos los problemas. Sólo existíamos nosotros cuando estábamos juntos. Con cada sonrisa, mirada… con cada escalofrío que recorría su cuerpo mi felicidad se despertaba cada vez más después de haber pasado tanto tiempo escondida. Ese sentimiento sabía perfectamente lo que significaba pero me daba miedo reconocerlo, lo admito. Sé que por pequeño que fuese ahora, sería el principio de algo por lo que me levantaría cada día con una sonrisa al recordarla a ella. También temía a que ella no sintiese nada por mí… que solo me viese, no solo como ídolo, sino también como un amigo.
Llegué a casa de Tom y abrí la puerta. En seguida tuve a Aurora ronroneando por mis piernas. Lo de esa gata conmigo era… ella y yo lo sabemos ;)
- Doug, ¿eres tú?
- Sí Gi, tranquila.- Dije riendo.
A los pocos segundos llego Marvin y me saludó con su típico maullido de todos los días. Dejé la chaqueta en el muebles de la entrada y cogí a Aurora y a Marvin en brazos. Llegué al salón y pude ver como Leia estaba tumbada en uno de los cojines del sofá durmiendo. Dejé a los dos gatos al lado de ella y fui hasta la cocina donde estaban Gio y Tom preparando la cena.
- ¡Dougie!.- Dijo Giovanna con su sonrisa.
- Shh… Antes de nada quiero felicitaros por vuestro compromiso.
Me dirigí donde ella estaba y la di un pequeño abrazo, después fui donde Tom e hice lo mismo.
- Gracias tío.- Dijo Tom con una sonrisa.
- Me alegro muchísimo de verdad, ya era hora Tom jo… digo jopé.
- Ya te iba a decir yo.- Dijo Tom con una mirada asesina.
- De verdad Tom…- Dijo Gi riéndose.- Muchas gracias cariño. Esta noche cenaremos nosotros solos pero mañana ya hemos quedado con Harry, Izzy, Danny y Geo para cenar, ¿vienes, no?
- Por supuesto.- Dije con una sonrisa.- Tenía que hablaros sobre un tema…
- Sí, por supuesto.- Dijeron Tom y Gi a la vez.
- La cena ya está lista.- Dijo Giovanna.- Id a poner la mesa mientras sirvo los platos vagos.- Dijo riéndose.
- Sí mamá.
El ex-gordito y yo fuimos poniendo la mesa.
- Doug, ¿de qué quieres hablar?.- Dijo interesado.
- Es sobre alguien…
- Sorpréndeme.- Dijo con una sonrisa.
- Vale, es sobre una chica que conocí ayer… ya os lo explicaré durante la cena.
- Vaaalee.- Dijo Tom rendido.
Gio llegó con los platos y la ayudé a colocarlos. Comenzamos a cenar y Tom rompió el hielo. Que rápido era cuando quería…
- Bueno Doug, ¿qué querías contarnos?.- Acabó esa frase y sonrió.
- Gracias Tom.- Dije con una mirada asesina.- Pues a ver, quería deciros que ayer conocí a una chica de una manera especial…
- OMG!!
- Tom calla, deja que se explique. Aquí no habla nadie hasta que Doug acabe.
Tom la miró poniendo pucheritos y Gio le sonrió y se dieron un pequeño beso.
Les conté toda la historia, desde el gracioso encuentro en el supermercado hasta lo ocurrido este día. Giovanna y Tom escuchaban atentos y Gio añadía a toda esa mirada una sonrisa que yo ya conocía…
- Si… entiendo…- añadió Tom.
- Ains.- Dijo Giovanna sonriendo.- ¿Y cómo es ella?
- Pues a ver… Tom, si te digo que es Española te haces una idea , ¿no?
- Sí, pero explícate.
- Em…
Comencé a ponerme nervioso y sin quererlo una sonrisa apareció en mi cara… Doug, eres idiota.
- Dougie, empieza que no te vamos a comer.- Dijo Gi riéndose.
- Ya, si ya lo sé… Pues es un poco más baja que yo. Tiene el pelo largo negro con pequeñas ondas, unos ojos marrón miel…
- Si Doug, que te encanta y que es perfecta, ¿no?.- Dijo Tom interrumpiendo y riendo.
- Ja ja já, que gracia…
- Ajá, ¿y cómo es moralmente? ¿sus gustos?
- Es divertida, alegre, atenta y no sé, no he podido descubrir más facetas suyas… Sus gustos, pues le encanta la música. Toca el piano y la guitarra y compone pequeñas canciones que, por cierto, esta tarde me toco una y es alucinante como canta y toca con el sentimiento de cada canción… ¿Más?
Tom y Giovanna asintieron con la cabeza.
- Vale… está licenciada en piano y canto. Tiene veinte años. Estudia aquí en la universidad. Le gustaría ser policía científica. Le gustan los reptiles y los nuevos sabores. Sí, le enseñé nuestras deliciosas recetas Tom. Y tú, Danny, Harry y yo somos sus ídolos desde la primera vez que oyó hablar de nosotros en España.
- Doug, ya sabes lo que hay, ¿verdad?.- Preguntó Tom.- Me refiero a que sabes lo que te está pasando… ¿o me equivoco?
- Tengo miedo a reconocerlo. No quiero volver a pasarlo mal y me gustaría saber vuestra opinión antes que la de los demás…
- No te voy a decir lo típico de ‘pues ella solo te va a querer por ser tú’ Dougie, tienes que ser tú el que se de cuenta de en realidad lo que siente ella y por quién.- Dijo Giovanna cogiéndome la mano.
- Yo opino lo mismo Dougie. Solo te pido que por favor, con calma, y que ya sabes que nos tendrás a nosotros para todo lo que necesites.- Añadió Tom sonriente.
- Muchas gracias de verdad, gracias por todo lo que habéis hecho por mí.
- Dougie, no hace falta que nos las des. Lo hacemos porque te queremos y nos importa tu felicidad. Todos queremos volver a ver a ese Dougie sonriente, despreocupado, ya sabes, a nuestro Dougie.
Giovanna siempre me iba a apoyar, siempre. Nunca sabré como la agradeceré todo lo que había hecho por mí; me levanté y les di una abrazo a cada uno. Mañana se lo contaría a los demás.
- Bueno, ¿y qué queréis hacer esta noche?.- Preguntó Tom.
- Puff… pues creo que tendríamos que ir mirando lo de los invitados, ir quedando para ver fechas para la boda, restaurante y demás.
- Es verdad…
- Dougie, ¿ayudas a Tom a ir apuntando los invitados?.- Pregunto Gio mientras se levantaba y recogía la mesa.
- Por supuesto pero deja que te ayude a recoger los platos.- Dije levantándome.
- No, no hace falta. Cuanto antes empecéis, antes acabáis. Además, yo después me conectaré un poco a ir mirando horarios de restaurantes y eso, ya sabéis.
Tom y yo nos sentamos en el sofá con un par de cervezas cada uno y le ayudé a escribir lo de los invitados… más que ayudar el pensaba en alto y yo en ocasiones decía sí o no. Estuve viendo la televisión junto a los gatos la mayor parte del tiempo que estuvimos allí. Al acabar dejé a Tom y Giovanna en el salón y subí a coger una de las guitarras para ir a mi habitación. Miré el reloj. Las once menos cinco. Me cambié y me puse el pantalón del pijama. Pillé la guitarra de encima de la cama y cogí el móvil y la escribí un mensaje. No era muy tarde, estaría despierta.
**
Buenas ^^ Pues que ayer tenía pensado subir pero era mi cumpleaños y no tuve casi tiempo para terminar de escribir el capítulo. Sé que a muchas este capítulo se os hará eterno porque el punto de vista es de Doug y no pasa nada... pero era necesario escribir un capítulo desde la perspectiva de Dougie. Siento decepcionaros a otras tantas porque en capítulos anteriores no ha habido lo que queríais, el beso, pero veo muy precipitado esa idea todavía, casi no se conocen. Y nada más que decir, muchas gracias por leer y votar ya que comentarios... cero :P Gracias a Laura López, Elara y Selene (te echo mucho de menos) por apoyarme a escribir y Elara, gracias por sacarme de mis pequeñas dudas. A Vir, Paula y Ángela por animarme y porque sí Harry xD
Gracias a todos. Que no me puedo pasar escribiendo algo a cada una de vosotras :)
Salí del portal todavía sin saber muy bien lo que había pasado ese día. Tenía miedo a volver a sentir eso que algún día acabó, por llamarlo así, conmigo durante una temporada… No quería volver a pasar por eso, nunca más. Llamé a Tom para ver si ya estaba en casa. Tenía que hablar con él antes que con ninguno de los demás.
- Ei Tom, ¿dónde andas?
- Pues… ahora mismo estoy poniendo la comida a Marvin, ¿y tú?
- Em.. De camino a casa. Ahora mismo llego. Tengo que hablar contigo.
- Vale, aquí te espero.
Colgué y comencé a caminar hacia casa de Tom. Sabía que iba a estar Giovanna pero también me apetecía que ella me escuchase. Ella me había apoyado demasiado desde el principio de McFly, tenía que saber esto la primera. Durante el camino unas cuantas fans me pararon para que las firmara un autógrafo o cualquier objeto que tuviesen a mano, además de echarse una foto conmigo.
Durante el camino estuve pensando en lo que sentía. Cantia me hacía olvidarme de todos los problemas. Sólo existíamos nosotros cuando estábamos juntos. Con cada sonrisa, mirada… con cada escalofrío que recorría su cuerpo mi felicidad se despertaba cada vez más después de haber pasado tanto tiempo escondida. Ese sentimiento sabía perfectamente lo que significaba pero me daba miedo reconocerlo, lo admito. Sé que por pequeño que fuese ahora, sería el principio de algo por lo que me levantaría cada día con una sonrisa al recordarla a ella. También temía a que ella no sintiese nada por mí… que solo me viese, no solo como ídolo, sino también como un amigo.
Llegué a casa de Tom y abrí la puerta. En seguida tuve a Aurora ronroneando por mis piernas. Lo de esa gata conmigo era… ella y yo lo sabemos ;)
- Doug, ¿eres tú?
- Sí Gi, tranquila.- Dije riendo.
A los pocos segundos llego Marvin y me saludó con su típico maullido de todos los días. Dejé la chaqueta en el muebles de la entrada y cogí a Aurora y a Marvin en brazos. Llegué al salón y pude ver como Leia estaba tumbada en uno de los cojines del sofá durmiendo. Dejé a los dos gatos al lado de ella y fui hasta la cocina donde estaban Gio y Tom preparando la cena.
- ¡Dougie!.- Dijo Giovanna con su sonrisa.
- Shh… Antes de nada quiero felicitaros por vuestro compromiso.
Me dirigí donde ella estaba y la di un pequeño abrazo, después fui donde Tom e hice lo mismo.
- Gracias tío.- Dijo Tom con una sonrisa.
- Me alegro muchísimo de verdad, ya era hora Tom jo… digo jopé.
- Ya te iba a decir yo.- Dijo Tom con una mirada asesina.
- De verdad Tom…- Dijo Gi riéndose.- Muchas gracias cariño. Esta noche cenaremos nosotros solos pero mañana ya hemos quedado con Harry, Izzy, Danny y Geo para cenar, ¿vienes, no?
- Por supuesto.- Dije con una sonrisa.- Tenía que hablaros sobre un tema…
- Sí, por supuesto.- Dijeron Tom y Gi a la vez.
- La cena ya está lista.- Dijo Giovanna.- Id a poner la mesa mientras sirvo los platos vagos.- Dijo riéndose.
- Sí mamá.
El ex-gordito y yo fuimos poniendo la mesa.
- Doug, ¿de qué quieres hablar?.- Dijo interesado.
- Es sobre alguien…
- Sorpréndeme.- Dijo con una sonrisa.
- Vale, es sobre una chica que conocí ayer… ya os lo explicaré durante la cena.
- Vaaalee.- Dijo Tom rendido.
Gio llegó con los platos y la ayudé a colocarlos. Comenzamos a cenar y Tom rompió el hielo. Que rápido era cuando quería…
- Bueno Doug, ¿qué querías contarnos?.- Acabó esa frase y sonrió.
- Gracias Tom.- Dije con una mirada asesina.- Pues a ver, quería deciros que ayer conocí a una chica de una manera especial…
- OMG!!
- Tom calla, deja que se explique. Aquí no habla nadie hasta que Doug acabe.
Tom la miró poniendo pucheritos y Gio le sonrió y se dieron un pequeño beso.
Les conté toda la historia, desde el gracioso encuentro en el supermercado hasta lo ocurrido este día. Giovanna y Tom escuchaban atentos y Gio añadía a toda esa mirada una sonrisa que yo ya conocía…
- Si… entiendo…- añadió Tom.
- Ains.- Dijo Giovanna sonriendo.- ¿Y cómo es ella?
- Pues a ver… Tom, si te digo que es Española te haces una idea , ¿no?
- Sí, pero explícate.
- Em…
Comencé a ponerme nervioso y sin quererlo una sonrisa apareció en mi cara… Doug, eres idiota.
- Dougie, empieza que no te vamos a comer.- Dijo Gi riéndose.
- Ya, si ya lo sé… Pues es un poco más baja que yo. Tiene el pelo largo negro con pequeñas ondas, unos ojos marrón miel…
- Si Doug, que te encanta y que es perfecta, ¿no?.- Dijo Tom interrumpiendo y riendo.
- Ja ja já, que gracia…
- Ajá, ¿y cómo es moralmente? ¿sus gustos?
- Es divertida, alegre, atenta y no sé, no he podido descubrir más facetas suyas… Sus gustos, pues le encanta la música. Toca el piano y la guitarra y compone pequeñas canciones que, por cierto, esta tarde me toco una y es alucinante como canta y toca con el sentimiento de cada canción… ¿Más?
Tom y Giovanna asintieron con la cabeza.
- Vale… está licenciada en piano y canto. Tiene veinte años. Estudia aquí en la universidad. Le gustaría ser policía científica. Le gustan los reptiles y los nuevos sabores. Sí, le enseñé nuestras deliciosas recetas Tom. Y tú, Danny, Harry y yo somos sus ídolos desde la primera vez que oyó hablar de nosotros en España.
- Doug, ya sabes lo que hay, ¿verdad?.- Preguntó Tom.- Me refiero a que sabes lo que te está pasando… ¿o me equivoco?
- Tengo miedo a reconocerlo. No quiero volver a pasarlo mal y me gustaría saber vuestra opinión antes que la de los demás…
- No te voy a decir lo típico de ‘pues ella solo te va a querer por ser tú’ Dougie, tienes que ser tú el que se de cuenta de en realidad lo que siente ella y por quién.- Dijo Giovanna cogiéndome la mano.
- Yo opino lo mismo Dougie. Solo te pido que por favor, con calma, y que ya sabes que nos tendrás a nosotros para todo lo que necesites.- Añadió Tom sonriente.
- Muchas gracias de verdad, gracias por todo lo que habéis hecho por mí.
- Dougie, no hace falta que nos las des. Lo hacemos porque te queremos y nos importa tu felicidad. Todos queremos volver a ver a ese Dougie sonriente, despreocupado, ya sabes, a nuestro Dougie.
Giovanna siempre me iba a apoyar, siempre. Nunca sabré como la agradeceré todo lo que había hecho por mí; me levanté y les di una abrazo a cada uno. Mañana se lo contaría a los demás.
- Bueno, ¿y qué queréis hacer esta noche?.- Preguntó Tom.
- Puff… pues creo que tendríamos que ir mirando lo de los invitados, ir quedando para ver fechas para la boda, restaurante y demás.
- Es verdad…
- Dougie, ¿ayudas a Tom a ir apuntando los invitados?.- Pregunto Gio mientras se levantaba y recogía la mesa.
- Por supuesto pero deja que te ayude a recoger los platos.- Dije levantándome.
- No, no hace falta. Cuanto antes empecéis, antes acabáis. Además, yo después me conectaré un poco a ir mirando horarios de restaurantes y eso, ya sabéis.
Tom y yo nos sentamos en el sofá con un par de cervezas cada uno y le ayudé a escribir lo de los invitados… más que ayudar el pensaba en alto y yo en ocasiones decía sí o no. Estuve viendo la televisión junto a los gatos la mayor parte del tiempo que estuvimos allí. Al acabar dejé a Tom y Giovanna en el salón y subí a coger una de las guitarras para ir a mi habitación. Miré el reloj. Las once menos cinco. Me cambié y me puse el pantalón del pijama. Pillé la guitarra de encima de la cama y cogí el móvil y la escribí un mensaje. No era muy tarde, estaría despierta.
**
Buenas ^^ Pues que ayer tenía pensado subir pero era mi cumpleaños y no tuve casi tiempo para terminar de escribir el capítulo. Sé que a muchas este capítulo se os hará eterno porque el punto de vista es de Doug y no pasa nada... pero era necesario escribir un capítulo desde la perspectiva de Dougie. Siento decepcionaros a otras tantas porque en capítulos anteriores no ha habido lo que queríais, el beso, pero veo muy precipitado esa idea todavía, casi no se conocen. Y nada más que decir, muchas gracias por leer y votar ya que comentarios... cero :P Gracias a Laura López, Elara y Selene (te echo mucho de menos) por apoyarme a escribir y Elara, gracias por sacarme de mis pequeñas dudas. A Vir, Paula y Ángela por animarme y porque sí Harry xD
Gracias a todos. Que no me puedo pasar escribiendo algo a cada una de vosotras :)
martes, 26 de julio de 2011
Capítulo VII
'Dedicado a Elara, gracias por todo'
Seguimos caminando durante diez minutos más que se me pasaron como si hubiese sido uno sólo. Habíamos seguido escuchando su música y compartiendo miradas de complicidad. Cada una de ellas hacía que algo, eso que se siente en el estómago llamado 'mariposillas', apareciese... era diferente.
Llegamos al portal y abrí la puerta. Vivía en un quinto con ascensor, pero me gustaba subir las escaleras para llegar.
- ¿No subimos en ascensor?
- Anda, vamos a subir andando que así hacemos ejercicio.- Dije guiñándole un ojo.
- Pues yo voy en ascensor... a ver quién llega antes.- Dije mostrándome su mano para estrecharla.- ¿Aceptas pecas?
- Trato hecho.- Dije son una sonrisa de picardía.
Cada uno corrió en su dirección. Subí lo más rápido que pude pero sabía que no iba a ganarle. Llegué al descansillo de mi planta y vi que el ascensor ya había llegado pero Dougie no estaba. Me acerqué a ver si estaba detrás de la columna que había al lado del ascensor pero Doug apareció detrás mío.
- ¡Gané!.- Dijo haciéndome cosquillas en la cintura a la vez que reía.
- ¡Doug!¡Para que soy muy susceptible a las cosquillas!- Dije riéndome sin parar.
Doug paró y me di la vuelta para mirarle. Esos ojos no ayudaban en nada a poder concentrarme.
- No sabes el susto que me has dado bobo.- Dije a la vez que ponía cara de enfadada.
- ¿Bobo? ¡Ala lo qué me ha dicho!.- Dijo haciéndose el ofendido y cruzándose de brazos.
- ¡Ala! Que ahora se enfada y no respira.- Dije intentando poner el mismo tono que él y cruzándome de brazos también.
Dougie y yo nos quedamos mirándonos y comenzamos a reírnos.
- Mira que eres...
Sonrió y se acercó a mí. Me dio un abrazo. Un abrazo que hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo al oler su aroma y sentirle cerca.
Nos separamos y Doug me miró sonriente igual que hice yo. Me acerqué a la puerta y metí las llaves pero antes de abrir le dije:
- Ten cuidado que ahora viene lo mejor.
Se quedo con cara de WTF?? Abrí la puerta y lo entendió todo. Pudimos oír como algo derrapaba por el salón y poco después como una cosa gris saltaba encima de Dougie. Éste sonrió y comenzó a poner caras a Luna.
- ¿Quién es esta fiera?.- Dijo riendo ya que Luna había saltado y ahora estaba corriendo por la cocina.
- Luna.- Dije sonriéndole.- Pasa.
Pasamos y me preguntó:
- ¿Y este es el lugar dónde vives?.- Preguntó curioso.
- Sí, este es mi piso.- Le sonreí.- Ven, voy a enseñártelo pero primero, vamos a dejar las cazadoras en el perchero.- Dije sonriéndole.
Hicimos lo dicho y comencé a enseñarle el pequeño apartamento. En frente de la entrada estaba la pequeña cocina, a la izquierda el salón. Era pequeño pero era una de las estancias que más me gustaban de la casa.
- Parece acogedor este salón.
- Si Doug, sí.
Comenzamos a reírnos y le enseñé el aseo que había en la planta baja. Subimos las escaleras para subir al segundo piso pero Doug no paraba de cogerme del tobillo y hacerme cosquillas.
- ¡Dougie! Como no pares te juro que me muero aquí mismo por falta de oxígeno.
- ¡No! No morirás, yo te salvaré.- Dije riendo.
Me hizo un gesto para que subiera a su espalda y así lo hizo. Dougie empezó a subir las escaleras medio corriendo.
- Nos vamos a matar, ya verás.
- Aunque sea el fin, moriremos juntos jinete.
Los dos comenzamos a reírnos gracias al tono de voz que había puesto Dougie.
Llegamos arriba y fui a enseñarle el baño.
- Es muy largo.- Dijo Dougie con cara pensativa.- Y estrecho.. um....
- Serás mal pensado...- Dije riéndome.
Después le enseñé la habitación que utilizaba por si algún día venía alguien pero en ella estaba mi pequeña biblioteca y un montón de recuerdos de España la decoraban. La cama era un sofá cama que para mi gusto, era muy cómodo.
- ¿Esta es tu habitación?
- Sí, duermo todas las noches en un sofá cama...
Comenzamos a reírnos y salimos de allí. Al llegar a la puerta demi habitación Doug se paró en seco.
- Cantia, ¿esto no es el aseo de mujeres?
- No bobo, es mi habitación.- Dije sonriéndole.
Sí, en la puerta de mi habitación estaba la típica pegatina del monigote 'femenino' y otra en la que ponía 'Cant'. También había varias fotos de McFly y en una de ellas había escrito, 'Territorio McFlyer' y una carita sonriente.
- ¿'Cant? ¡Aiba! Si estoy yo, bueno, está McFly.- Dije sonriendo.
- Primero, 'Cant' es como me llaman algunos amigos de España y la pegatina me la regaló una buena amiga de allí.- Añadí sonriente.- Pues claro, ¿cómo no vais a salir?
Abrí y entramos a mi habitación. Era agaterada y debajo de la ventana se encontraba mi cama. En frente había un armario bastante grande. La demás decoración constaba de una cómoda, la mesilla de noche, un baúl que hicimos mi padre y yo en España cuando tenía doce años, una pequeña estantería llena de recuerdos y más libros y al otro lado de la cama había un pequeño tocador. Todos esos muebles eran blancos y las paredes de mi habitación estaban pintadas de un azul eléctrico precioso.
- ¡Guau! Aquí ocurre la magia...
-Se podría llamar así.
- Me gusta, me gusta.
Entró y se fijó en una de las paredes que estaba llena de fotos, recortes y caretas.
- ¿Quiénes son todos estos?
- Amigos de España y recuerdos como podrás ver.
Me sonrió y se dirigió hacia donde estaban la guitarra y el teclado.
- Tócame algo porque, seguro que compones, ¿a qué sí?
- Sí... algo compongo... pero nada bueno y soy muy vergonzosa...
- Venga, seguro que me gusta y estaría encantado de ver como el rubor aparece en tus mejillas.
Esa última frase fue acompañada por una sonrisa torcida y una mirada llena de confianza. Respiré hondo intentando relajarme y cogí la guitarra. Comencé a tocar los primeros acordes de la canción. Esa canción la había compuesto con la guitarra sin ningún tipo de ayuda del piano. Era una canción llena de sentimientos compuesta en un momento lleno de dolor en mi vida. (La letra no la pongo pero la compuse este mismo año y se llama 'Stay with me')
Empecé a cantar las primeras palabras de aquella canción mirándole fijamente. Él me observaba con la mirada fija, escuchando cada nota. En pocos segundos comencé a notar el rubor recorriendo mi rostro y bajé la mirada a los trastes. Sonreí para mí y seguí cantando. Al acabar dejé la guitarra encima de la cama y le miré.
- Eres... es increíble... - Dijo a la vez que negaba con la cabeza sonriendo.
- Si bueno... ¿bajamos a ver la película?.- Dije poniéndome de pie.
- Créetelo. Sí vamos.
Salimos de la habitación y bajamos al salón.
- Siéntate y pon lo que quieras. Voy a la cocina a hacer las palomitas y a por algo de beber, ¿qué quieres tomar?
- No, tranquila que voy contigo.
Dougie se levantó y me acompañó hasta la cocina.
- ¿Dónde están las palomitas enana?
- Abre el armario que hay encima del microondas y ahí mismo.
Dougie sacó las palomitas y las puso en el microondas mientras yo abría la nevera.
- Cantia, ¿tienes cerveza?
- Sí, ahora mismo te la saco.
Cogí dos y las abrí. Se la pasé a Dougie y me lo agradeció. Era muy atento y con él todo tenía una sonrisa de por medio... yo me entiendo.
- ¿Alguna vez te has puesto a pensar en que el sonido de las palomitas al hacerse son como una canción?
- ¡Si! Yo también lo pienso.- Dije riéndome.
- Alguien que me entiende.
Comenzamos a reírnos y el microondas pitó avisando de que las palomitas estaban hechas. Dougie las sacó y se quemó. Empezó a llorar como un niño pequeño y yo no podía parar de reírme. Saqué un bol y echamos las palomitas en él.
Fuimos hacia el salón. Yo llevaba las cervezas y Doug las palomitas.
- No sé si llegarán hasta que empiece la película.
Me miró y se rió sacándome la lengua. Dejamos todo en la mesa y Doug se sentó. Yo fui hasta un pequeño armario que había cerca de la ventana del salón y me descalcé.
- Se está más cómodo así viendo una película de miedo.
- Película de miedo... suena bien...- Dije riéndose.
Fui hasta el mueble donde se encontraba el DVD y metí el disco. Pulsé el Play y fui a apagar la luz del salón.
- Dougie, ¿puedes bajar las persianas, por favor?
- Por supuesto.- Dijo con una sonrisa.
Nos sentamos en el sofá y cogí una de las dos mantas que había en él.
- ¿Quieres compartirla?
- No pretenderías dejarme a mí, sólo, sin ningún sitio donde refugiarme de los monstruos, ¿no?
Me reí y se tapó. Me acurruqué en la esquina del sofá con un cojín entre los brazos. La película comenzó.
- ¿'La Maldición 3'?
- ¡Sí!.- Dije emocionada.
- ¡Guai! Yo solo he visto hasta la segunda.
- Yo también.
Nos miramos y comenzamos a reírnos.
Fueron transcurriendo los minutos y el primer susto de la película llegó acompañado por un grito mío y una pequeña patada a Doug.
- Lo siento Dougie, lo siento de verdad.- Dije recuperando el aliento.
- No pasa nada pecosa, me puedes pegar todo lo que quieras.- Dijo riéndose.
Le di un pequeño golpe en el brazo y le saqué la lengua. Él se rió y seguimos viendo la película. Me acordé del susto que me había dado Doug al llegar a casa y tuve una idea.
- Ei, ahora vuelvo. Voy al baño.
- No tardes mucho que entonces a Doug le entra el miedo y llora.- Dijo poniendo voz de niño pequeño.- Por cierto, bonitos calcetines.
Eran de color gris adornados con pequeñas huellas de perro de color blanco. Fui al baño y cerré la puerta. Ya que la niña esa era morena y tenía el pelo largo, iba a devolverle el susto a Doug. No es que sea rencorosa, solo me apetecía ver su cara. Me peiné todo el pelo para delante y abrí la puerta. Me tiré al suelo y comencé a arrastrarme tal y como lo hacía la de la película.
- Cantia, ¿estás ahí?
Vi como Doug se levantaba del sofá y caminaba hasta mi dirección. Dougie me vio.
- Cantia, no bromees por favor. Oh no...
Me levanté y empecé a caminar hacia él. La cara de Dougie era todo un chiste, pero no podía reírme. Llegué hasta tal punto que podía notar su aliento en mi nariz. Levanté la mirada, le miré entre todos los pelos que tenía en la cara y grité. Dougie pareció reaccionar y pegó un salto. Yo empecé a reírme como si no hubiese mañana y me senté en el sofá sintiendo como el aire salía en carcajadas de mis pulmones.
- ¡Casi me matas! ¿Cómo has podido hacer esto?
- Te la devuelvo.- Le saqué la lengua.
Dougie vino hacia mi posición.
- Ahora verás.
- Miedito.
Comencé a correr hacia la cocina pero Doug me cogió por detrás haciéndome cosquillas.
- Pídeme perdón y paro.- Dije sonriendo.
- ¡Nunca!
Me libré de él y fui corriendo hacia las escaleras pero Dougie me cogió y me empujó contra la pared que había debajo de las escaleras sin parar de hacerme cosquillas.
- Dios, para que me muero por asfixia.- Dije sin parar de reírme.
- Dilo.
- Peeeeerdón... para por favor.
Dougie paró y sonrió.
- Así me gusta.
En ese momento un impulso se apoderó de mí y sin dudarlo dos veces le di un abrazo volviendo a crear que un escalofrío se adueñara de mi ser.
- Creo que ya ni película ni leches.- Dijo a la vez que pasaba sus brazos al rededor de mi cintura.
Comenzamos a reírnos y nos separamos. Miré mi reloj.
- Las siete de la tarde... Como pasa el tiempo.
- Será mejor que me vaya, he quedado con Tom y los chicos para hablar sobre los conciertos y tal...
- Vale como quieras. Gracias por haber compartido esta tarde conmigo.- Dije mostrándole una gran sonrisa.
- Gracias a ti.
Le acompañé hasta la puerta y nos despedimos.
- Cuando quieras venir y te aburras, ya sabes donde vivo.- Dije sonriéndole.
- Estoy seguro de que nos volveremos a ver.
Me dio un pequeño abrazo y observé como esperaba al ascensor. Se montó y antes de irse me guiñó un ojo.
**
Hola :D Espero que os guste este capítulo tanto como a mí escribirlo. He tardado más de una hora. Quería que fuese perfecto y que os encantara así que, ya me diréis. Muchísimas gracias por todo de verdad. Sois el mayor apoyo para seguir escribiendo :')
Seguimos caminando durante diez minutos más que se me pasaron como si hubiese sido uno sólo. Habíamos seguido escuchando su música y compartiendo miradas de complicidad. Cada una de ellas hacía que algo, eso que se siente en el estómago llamado 'mariposillas', apareciese... era diferente.
Llegamos al portal y abrí la puerta. Vivía en un quinto con ascensor, pero me gustaba subir las escaleras para llegar.
- ¿No subimos en ascensor?
- Anda, vamos a subir andando que así hacemos ejercicio.- Dije guiñándole un ojo.
- Pues yo voy en ascensor... a ver quién llega antes.- Dije mostrándome su mano para estrecharla.- ¿Aceptas pecas?
- Trato hecho.- Dije son una sonrisa de picardía.
Cada uno corrió en su dirección. Subí lo más rápido que pude pero sabía que no iba a ganarle. Llegué al descansillo de mi planta y vi que el ascensor ya había llegado pero Dougie no estaba. Me acerqué a ver si estaba detrás de la columna que había al lado del ascensor pero Doug apareció detrás mío.
- ¡Gané!.- Dijo haciéndome cosquillas en la cintura a la vez que reía.
- ¡Doug!¡Para que soy muy susceptible a las cosquillas!- Dije riéndome sin parar.
Doug paró y me di la vuelta para mirarle. Esos ojos no ayudaban en nada a poder concentrarme.
- No sabes el susto que me has dado bobo.- Dije a la vez que ponía cara de enfadada.
- ¿Bobo? ¡Ala lo qué me ha dicho!.- Dijo haciéndose el ofendido y cruzándose de brazos.
- ¡Ala! Que ahora se enfada y no respira.- Dije intentando poner el mismo tono que él y cruzándome de brazos también.
Dougie y yo nos quedamos mirándonos y comenzamos a reírnos.
- Mira que eres...
Sonrió y se acercó a mí. Me dio un abrazo. Un abrazo que hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo al oler su aroma y sentirle cerca.
Nos separamos y Doug me miró sonriente igual que hice yo. Me acerqué a la puerta y metí las llaves pero antes de abrir le dije:
- Ten cuidado que ahora viene lo mejor.
Se quedo con cara de WTF?? Abrí la puerta y lo entendió todo. Pudimos oír como algo derrapaba por el salón y poco después como una cosa gris saltaba encima de Dougie. Éste sonrió y comenzó a poner caras a Luna.
- ¿Quién es esta fiera?.- Dijo riendo ya que Luna había saltado y ahora estaba corriendo por la cocina.
- Luna.- Dije sonriéndole.- Pasa.
Pasamos y me preguntó:
- ¿Y este es el lugar dónde vives?.- Preguntó curioso.
- Sí, este es mi piso.- Le sonreí.- Ven, voy a enseñártelo pero primero, vamos a dejar las cazadoras en el perchero.- Dije sonriéndole.
Hicimos lo dicho y comencé a enseñarle el pequeño apartamento. En frente de la entrada estaba la pequeña cocina, a la izquierda el salón. Era pequeño pero era una de las estancias que más me gustaban de la casa.
- Parece acogedor este salón.
- Si Doug, sí.
Comenzamos a reírnos y le enseñé el aseo que había en la planta baja. Subimos las escaleras para subir al segundo piso pero Doug no paraba de cogerme del tobillo y hacerme cosquillas.
- ¡Dougie! Como no pares te juro que me muero aquí mismo por falta de oxígeno.
- ¡No! No morirás, yo te salvaré.- Dije riendo.
Me hizo un gesto para que subiera a su espalda y así lo hizo. Dougie empezó a subir las escaleras medio corriendo.
- Nos vamos a matar, ya verás.
- Aunque sea el fin, moriremos juntos jinete.
Los dos comenzamos a reírnos gracias al tono de voz que había puesto Dougie.
Llegamos arriba y fui a enseñarle el baño.
- Es muy largo.- Dijo Dougie con cara pensativa.- Y estrecho.. um....
- Serás mal pensado...- Dije riéndome.
Después le enseñé la habitación que utilizaba por si algún día venía alguien pero en ella estaba mi pequeña biblioteca y un montón de recuerdos de España la decoraban. La cama era un sofá cama que para mi gusto, era muy cómodo.
- ¿Esta es tu habitación?
- Sí, duermo todas las noches en un sofá cama...
Comenzamos a reírnos y salimos de allí. Al llegar a la puerta demi habitación Doug se paró en seco.
- Cantia, ¿esto no es el aseo de mujeres?
- No bobo, es mi habitación.- Dije sonriéndole.
Sí, en la puerta de mi habitación estaba la típica pegatina del monigote 'femenino' y otra en la que ponía 'Cant'. También había varias fotos de McFly y en una de ellas había escrito, 'Territorio McFlyer' y una carita sonriente.
- ¿'Cant? ¡Aiba! Si estoy yo, bueno, está McFly.- Dije sonriendo.
- Primero, 'Cant' es como me llaman algunos amigos de España y la pegatina me la regaló una buena amiga de allí.- Añadí sonriente.- Pues claro, ¿cómo no vais a salir?
Abrí y entramos a mi habitación. Era agaterada y debajo de la ventana se encontraba mi cama. En frente había un armario bastante grande. La demás decoración constaba de una cómoda, la mesilla de noche, un baúl que hicimos mi padre y yo en España cuando tenía doce años, una pequeña estantería llena de recuerdos y más libros y al otro lado de la cama había un pequeño tocador. Todos esos muebles eran blancos y las paredes de mi habitación estaban pintadas de un azul eléctrico precioso.
- ¡Guau! Aquí ocurre la magia...
-Se podría llamar así.
- Me gusta, me gusta.
Entró y se fijó en una de las paredes que estaba llena de fotos, recortes y caretas.
- ¿Quiénes son todos estos?
- Amigos de España y recuerdos como podrás ver.
Me sonrió y se dirigió hacia donde estaban la guitarra y el teclado.
- Tócame algo porque, seguro que compones, ¿a qué sí?
- Sí... algo compongo... pero nada bueno y soy muy vergonzosa...
- Venga, seguro que me gusta y estaría encantado de ver como el rubor aparece en tus mejillas.
Esa última frase fue acompañada por una sonrisa torcida y una mirada llena de confianza. Respiré hondo intentando relajarme y cogí la guitarra. Comencé a tocar los primeros acordes de la canción. Esa canción la había compuesto con la guitarra sin ningún tipo de ayuda del piano. Era una canción llena de sentimientos compuesta en un momento lleno de dolor en mi vida. (La letra no la pongo pero la compuse este mismo año y se llama 'Stay with me')
Empecé a cantar las primeras palabras de aquella canción mirándole fijamente. Él me observaba con la mirada fija, escuchando cada nota. En pocos segundos comencé a notar el rubor recorriendo mi rostro y bajé la mirada a los trastes. Sonreí para mí y seguí cantando. Al acabar dejé la guitarra encima de la cama y le miré.
- Eres... es increíble... - Dijo a la vez que negaba con la cabeza sonriendo.
- Si bueno... ¿bajamos a ver la película?.- Dije poniéndome de pie.
- Créetelo. Sí vamos.
Salimos de la habitación y bajamos al salón.
- Siéntate y pon lo que quieras. Voy a la cocina a hacer las palomitas y a por algo de beber, ¿qué quieres tomar?
- No, tranquila que voy contigo.
Dougie se levantó y me acompañó hasta la cocina.
- ¿Dónde están las palomitas enana?
- Abre el armario que hay encima del microondas y ahí mismo.
Dougie sacó las palomitas y las puso en el microondas mientras yo abría la nevera.
- Cantia, ¿tienes cerveza?
- Sí, ahora mismo te la saco.
Cogí dos y las abrí. Se la pasé a Dougie y me lo agradeció. Era muy atento y con él todo tenía una sonrisa de por medio... yo me entiendo.
- ¿Alguna vez te has puesto a pensar en que el sonido de las palomitas al hacerse son como una canción?
- ¡Si! Yo también lo pienso.- Dije riéndome.
- Alguien que me entiende.
Comenzamos a reírnos y el microondas pitó avisando de que las palomitas estaban hechas. Dougie las sacó y se quemó. Empezó a llorar como un niño pequeño y yo no podía parar de reírme. Saqué un bol y echamos las palomitas en él.
Fuimos hacia el salón. Yo llevaba las cervezas y Doug las palomitas.
- No sé si llegarán hasta que empiece la película.
Me miró y se rió sacándome la lengua. Dejamos todo en la mesa y Doug se sentó. Yo fui hasta un pequeño armario que había cerca de la ventana del salón y me descalcé.
- Se está más cómodo así viendo una película de miedo.
- Película de miedo... suena bien...- Dije riéndose.
Fui hasta el mueble donde se encontraba el DVD y metí el disco. Pulsé el Play y fui a apagar la luz del salón.
- Dougie, ¿puedes bajar las persianas, por favor?
- Por supuesto.- Dijo con una sonrisa.
Nos sentamos en el sofá y cogí una de las dos mantas que había en él.
- ¿Quieres compartirla?
- No pretenderías dejarme a mí, sólo, sin ningún sitio donde refugiarme de los monstruos, ¿no?
Me reí y se tapó. Me acurruqué en la esquina del sofá con un cojín entre los brazos. La película comenzó.
- ¿'La Maldición 3'?
- ¡Sí!.- Dije emocionada.
- ¡Guai! Yo solo he visto hasta la segunda.
- Yo también.
Nos miramos y comenzamos a reírnos.
Fueron transcurriendo los minutos y el primer susto de la película llegó acompañado por un grito mío y una pequeña patada a Doug.
- Lo siento Dougie, lo siento de verdad.- Dije recuperando el aliento.
- No pasa nada pecosa, me puedes pegar todo lo que quieras.- Dijo riéndose.
Le di un pequeño golpe en el brazo y le saqué la lengua. Él se rió y seguimos viendo la película. Me acordé del susto que me había dado Doug al llegar a casa y tuve una idea.
- Ei, ahora vuelvo. Voy al baño.
- No tardes mucho que entonces a Doug le entra el miedo y llora.- Dijo poniendo voz de niño pequeño.- Por cierto, bonitos calcetines.
Eran de color gris adornados con pequeñas huellas de perro de color blanco. Fui al baño y cerré la puerta. Ya que la niña esa era morena y tenía el pelo largo, iba a devolverle el susto a Doug. No es que sea rencorosa, solo me apetecía ver su cara. Me peiné todo el pelo para delante y abrí la puerta. Me tiré al suelo y comencé a arrastrarme tal y como lo hacía la de la película.
- Cantia, ¿estás ahí?
Vi como Doug se levantaba del sofá y caminaba hasta mi dirección. Dougie me vio.
- Cantia, no bromees por favor. Oh no...
Me levanté y empecé a caminar hacia él. La cara de Dougie era todo un chiste, pero no podía reírme. Llegué hasta tal punto que podía notar su aliento en mi nariz. Levanté la mirada, le miré entre todos los pelos que tenía en la cara y grité. Dougie pareció reaccionar y pegó un salto. Yo empecé a reírme como si no hubiese mañana y me senté en el sofá sintiendo como el aire salía en carcajadas de mis pulmones.
- ¡Casi me matas! ¿Cómo has podido hacer esto?
- Te la devuelvo.- Le saqué la lengua.
Dougie vino hacia mi posición.
- Ahora verás.
- Miedito.
Comencé a correr hacia la cocina pero Doug me cogió por detrás haciéndome cosquillas.
- Pídeme perdón y paro.- Dije sonriendo.
- ¡Nunca!
Me libré de él y fui corriendo hacia las escaleras pero Dougie me cogió y me empujó contra la pared que había debajo de las escaleras sin parar de hacerme cosquillas.
- Dios, para que me muero por asfixia.- Dije sin parar de reírme.
- Dilo.
- Peeeeerdón... para por favor.
Dougie paró y sonrió.
- Así me gusta.
En ese momento un impulso se apoderó de mí y sin dudarlo dos veces le di un abrazo volviendo a crear que un escalofrío se adueñara de mi ser.
- Creo que ya ni película ni leches.- Dijo a la vez que pasaba sus brazos al rededor de mi cintura.
Comenzamos a reírnos y nos separamos. Miré mi reloj.
- Las siete de la tarde... Como pasa el tiempo.
- Será mejor que me vaya, he quedado con Tom y los chicos para hablar sobre los conciertos y tal...
- Vale como quieras. Gracias por haber compartido esta tarde conmigo.- Dije mostrándole una gran sonrisa.
- Gracias a ti.
Le acompañé hasta la puerta y nos despedimos.
- Cuando quieras venir y te aburras, ya sabes donde vivo.- Dije sonriéndole.
- Estoy seguro de que nos volveremos a ver.
Me dio un pequeño abrazo y observé como esperaba al ascensor. Se montó y antes de irse me guiñó un ojo.
**
Hola :D Espero que os guste este capítulo tanto como a mí escribirlo. He tardado más de una hora. Quería que fuese perfecto y que os encantara así que, ya me diréis. Muchísimas gracias por todo de verdad. Sois el mayor apoyo para seguir escribiendo :')
miércoles, 20 de julio de 2011
Capítulo V
Doug se dirigió hacia un árbol enorme que se encontraba un poco alejado del resto. Él y sus raíces eran enormes y decimos sentarnos en una de ellas. Eran las once de la mañana y el sol relucía por sí sólo pero la mañana era fría, típica en Londres.
Dougie comenzó a mirarme y a sonreír.
- ¿Se puede saber qué te hace tanta gracia?.- Le dije mientras levantaba una ceja.
- Tienes la nariz y las mejillas rojas por el frío mientras que el restro de tu rostro se torna de un color... tu color. ¡Ah! Y también está adornado por pecas, pecas muy graciosas y que me gustan.- Dijo mientras sonreía como un niño pequeño.
- ¬¬ ¡Te ríes de mí!.- Le dije haciéndole pucheritos.
- Ah no, no, no. Eso sí que no. Yo no me río de ti, que quede claro, yo solo digo la verdad y nada más que la verdad.- Dijo con todo el ego posible.
- Sí, bueno...
- ¡Que sí! Cambiemos de tema, ¿tocas el bajo?
- Añado, cambias de tema drásticamente. No, por desgracia no, pero me gustaría poder aprender a tocarle algún día...
- Pues aquí tienes a tu profesor.- Dijo sonriente.
- Mmmm, me lo pensaré.
- Aceptarás, ya verás. ¿Y te gusta la música?
- Buena pregunta. A ver, empiezo. La música para mí, es un estilo de vida. Forma parte de mí. Desde los diez años toco el piano y desde los trece la guitarra. El mismo año que aprendí a tocar el piano, entré en la escolanía de mi pueblo. A raíz de eso, pude ir al conservatorio y licenciarme en canto y piano. Y ahí te resumo mi vida musical.- Añadí una sonrisa llena de orgullo y sentimiento.
- ¡Guau...! ¿Así que cantas, tocas el piano y la guitarra?
- Sí...- Dije un poco sonrojada. No me gustaba hablar sobre mis dotes... No me gustaba destacar, me gustaba ser yo y mi vergüenza.
- ¿Cuántos años tienes? Siento ser tan descarado pero me interesa saber tu edad...- Me dijo un poco cortado.
- No, tranquilo, no pasa nada. No soy tan vieja todavía.-Dije con una sonora carcajada.- Tengo veinte años.
- Yo veinticuatro, aunque creo que ya lo sabes y de sobra. ¿Te gusta McFly?
- Sois mi grupo favorito desde que escuché hablar de vosotros en España.
- ¿Eres española?.- Dijo con los ojos abiertos como platos.
- Sí, 'chicarrona del norte'. Aunque te lo dije ayer...- Dije riendo.
- Cantia, tengo un mínimo muy mínimo de español. Y es cierto, no me acordaba...- Nuestras risas se fundieron.- Ya decía yo que esos ojos no los puede tener cualquier chica, repito.
- Es que las españolas, somos las españolas.- A todo esto, yo seguía riéndome como si no hubiese mañana.
- Lo sé... ¿Y qué haces por estas tierras?
- Pues estudio aquí desde el año pasado en la universidad. Me dieron una beca y pude mudarme aquí para acabar la carrera.- Dije bajando la mirada.
- Y encima estudiante... Que polifacética eres.- Dijo buscando mi mirada.- ¿Y qué estudias?
- Pues me gustaría ser policía científica de campo... No me llames rara por favor.
- No tenía intención de hacerlo. Me parece muy interesante ese tema y todo lo relacionado con él, además, sería yo más raro queriendo trabajar con reptiles.- Comenzó a reírse.
- Me encantan.
- ¿En serio?
- ¡Sí! Cuando era pequeña, mi tío tuvo una serpiente en casa y todos los días me llamaba para darla de comer.-Añadí una mítica sonrisa.- Y el año pasado tuvo dos camaleones pero los pobres se murieron.
- OMG! De verdad, me acabas de sorprender muchísimo. Me alegro todavía más de haberte conocido.- Dijo sonriendo y bajando la mirada.
- ¡Seamos raros!.
Los dos entrelazamos nuestros meñiques a la vez que reíamos sin parar.
- ¿Quieres que te cuente algo de mí? Lo haré encantado.
- Creo que sé demasiadas cosas sobre ti.- Dije aún riendo.
- Sí, yo también lo creo.- Se unió a mi carcajada.- Que sepas que tu risa es muy contagiosa.
- Hahahahahaha, gracias ^^.
- Olle, ¿qué hora es?
- Pues... ¡Las doce y media!.- Dije sorprendida.
- Como pasa el tiempo cuando te lo pasas bien...
- Ya... ¿te apetece ir a comer?
- Me parece perfecto pero antes...
Me dio una margarita y me la puso detrás de la oreja.
- Así estás perfecta.- Dijo sonriendo.
- Seguro.
Y otra vez comenzamos a reírnos sin poder parar. Se levantó y me tendió su mano para levantarme. Acepté pero al levantarme tropecé con una raíz del árbol y caímos al suelo los dos. Caí encima de Doug. Podía sentir su aliento en mi oreja. Eso hizo que mi piel se erizase en cada rincón. Podía oler su cuello. Nos miramos durante varios segundos que se me hicieron eternos pero comencé a sentir como me ruborizaba y me levanté.
- Lo siento de verdad, lo siento. Perdón, perdón. Si es que al final tendrás razón con lo de patosa y todo...
- Tranquila no pasa nada.- Dijo sonriendo a la vez que se levantaba.- Patosa, te llamaré así.
- ¬¬ Doug, por favor...
- ¡Me gusta ese mote, qué quieres que haga!.- Empezó a reírse como sólo él hacía.
- Cuando encuentre un mote que ponerte... te quedarás a cuadros.-Dije a la vez que le dedicaba una mirada de venganza.
- Espero que me sorprendas.
Me sonrió y me tendió su brazo para entrelazarle con el mío. Así hice y ambos comenzamos a reírnos debido a la cara que Doug había puesto. Comenzamos a caminar hacia un pequeño bar que había cerca del parque.
________________________________________________
My readers! :3 Espero que os guste mucho este capítulo porque yo me he quedado con las ganas de seguir escribiendo pero me acaba de llamar una amiga y no puedo seguir escribiendo... Os prometo que mañana subo y que os encantará. Muchísimas gracias a tod@s por leer de verdad, gracias, como siempre, por leer, votar, comentar (aunque nadie comenta pero da igual). Espero qeu disfrutéis y bueno, como tengo lectores nuevos pues aquí os dejo mi tuenti: Captain Dougwasha Mcfly; y mi twitter: Cantia_NotAlone.
Un beso a todos, se os quiere ^^
PD: Me pasaría escribiendo toooda la noche xD
Dougie comenzó a mirarme y a sonreír.
- ¿Se puede saber qué te hace tanta gracia?.- Le dije mientras levantaba una ceja.
- Tienes la nariz y las mejillas rojas por el frío mientras que el restro de tu rostro se torna de un color... tu color. ¡Ah! Y también está adornado por pecas, pecas muy graciosas y que me gustan.- Dijo mientras sonreía como un niño pequeño.
- ¬¬ ¡Te ríes de mí!.- Le dije haciéndole pucheritos.
- Ah no, no, no. Eso sí que no. Yo no me río de ti, que quede claro, yo solo digo la verdad y nada más que la verdad.- Dijo con todo el ego posible.
- Sí, bueno...
- ¡Que sí! Cambiemos de tema, ¿tocas el bajo?
- Añado, cambias de tema drásticamente. No, por desgracia no, pero me gustaría poder aprender a tocarle algún día...
- Pues aquí tienes a tu profesor.- Dijo sonriente.
- Mmmm, me lo pensaré.
- Aceptarás, ya verás. ¿Y te gusta la música?
- Buena pregunta. A ver, empiezo. La música para mí, es un estilo de vida. Forma parte de mí. Desde los diez años toco el piano y desde los trece la guitarra. El mismo año que aprendí a tocar el piano, entré en la escolanía de mi pueblo. A raíz de eso, pude ir al conservatorio y licenciarme en canto y piano. Y ahí te resumo mi vida musical.- Añadí una sonrisa llena de orgullo y sentimiento.
- ¡Guau...! ¿Así que cantas, tocas el piano y la guitarra?
- Sí...- Dije un poco sonrojada. No me gustaba hablar sobre mis dotes... No me gustaba destacar, me gustaba ser yo y mi vergüenza.
- ¿Cuántos años tienes? Siento ser tan descarado pero me interesa saber tu edad...- Me dijo un poco cortado.
- No, tranquilo, no pasa nada. No soy tan vieja todavía.-Dije con una sonora carcajada.- Tengo veinte años.
- Yo veinticuatro, aunque creo que ya lo sabes y de sobra. ¿Te gusta McFly?
- Sois mi grupo favorito desde que escuché hablar de vosotros en España.
- ¿Eres española?.- Dijo con los ojos abiertos como platos.
- Sí, 'chicarrona del norte'. Aunque te lo dije ayer...- Dije riendo.
- Cantia, tengo un mínimo muy mínimo de español. Y es cierto, no me acordaba...- Nuestras risas se fundieron.- Ya decía yo que esos ojos no los puede tener cualquier chica, repito.
- Es que las españolas, somos las españolas.- A todo esto, yo seguía riéndome como si no hubiese mañana.
- Lo sé... ¿Y qué haces por estas tierras?
- Pues estudio aquí desde el año pasado en la universidad. Me dieron una beca y pude mudarme aquí para acabar la carrera.- Dije bajando la mirada.
- Y encima estudiante... Que polifacética eres.- Dijo buscando mi mirada.- ¿Y qué estudias?
- Pues me gustaría ser policía científica de campo... No me llames rara por favor.
- No tenía intención de hacerlo. Me parece muy interesante ese tema y todo lo relacionado con él, además, sería yo más raro queriendo trabajar con reptiles.- Comenzó a reírse.
- Me encantan.
- ¿En serio?
- ¡Sí! Cuando era pequeña, mi tío tuvo una serpiente en casa y todos los días me llamaba para darla de comer.-Añadí una mítica sonrisa.- Y el año pasado tuvo dos camaleones pero los pobres se murieron.
- OMG! De verdad, me acabas de sorprender muchísimo. Me alegro todavía más de haberte conocido.- Dijo sonriendo y bajando la mirada.
- ¡Seamos raros!.
Los dos entrelazamos nuestros meñiques a la vez que reíamos sin parar.
- ¿Quieres que te cuente algo de mí? Lo haré encantado.
- Creo que sé demasiadas cosas sobre ti.- Dije aún riendo.
- Sí, yo también lo creo.- Se unió a mi carcajada.- Que sepas que tu risa es muy contagiosa.
- Hahahahahaha, gracias ^^.
- Olle, ¿qué hora es?
- Pues... ¡Las doce y media!.- Dije sorprendida.
- Como pasa el tiempo cuando te lo pasas bien...
- Ya... ¿te apetece ir a comer?
- Me parece perfecto pero antes...
Me dio una margarita y me la puso detrás de la oreja.
- Así estás perfecta.- Dijo sonriendo.
- Seguro.
Y otra vez comenzamos a reírnos sin poder parar. Se levantó y me tendió su mano para levantarme. Acepté pero al levantarme tropecé con una raíz del árbol y caímos al suelo los dos. Caí encima de Doug. Podía sentir su aliento en mi oreja. Eso hizo que mi piel se erizase en cada rincón. Podía oler su cuello. Nos miramos durante varios segundos que se me hicieron eternos pero comencé a sentir como me ruborizaba y me levanté.
- Lo siento de verdad, lo siento. Perdón, perdón. Si es que al final tendrás razón con lo de patosa y todo...
- Tranquila no pasa nada.- Dijo sonriendo a la vez que se levantaba.- Patosa, te llamaré así.
- ¬¬ Doug, por favor...
- ¡Me gusta ese mote, qué quieres que haga!.- Empezó a reírse como sólo él hacía.
- Cuando encuentre un mote que ponerte... te quedarás a cuadros.-Dije a la vez que le dedicaba una mirada de venganza.
- Espero que me sorprendas.
Me sonrió y me tendió su brazo para entrelazarle con el mío. Así hice y ambos comenzamos a reírnos debido a la cara que Doug había puesto. Comenzamos a caminar hacia un pequeño bar que había cerca del parque.
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My readers! :3 Espero que os guste mucho este capítulo porque yo me he quedado con las ganas de seguir escribiendo pero me acaba de llamar una amiga y no puedo seguir escribiendo... Os prometo que mañana subo y que os encantará. Muchísimas gracias a tod@s por leer de verdad, gracias, como siempre, por leer, votar, comentar (aunque nadie comenta pero da igual). Espero qeu disfrutéis y bueno, como tengo lectores nuevos pues aquí os dejo mi tuenti: Captain Dougwasha Mcfly; y mi twitter: Cantia_NotAlone.
Un beso a todos, se os quiere ^^
PD: Me pasaría escribiendo toooda la noche xD
martes, 19 de julio de 2011
Capítulo IV
Me había despertado temprano. Dormir en el sofá no es lo más cómodo para descansar. Nada más levantarme fui a la cocina y me preparé mi típico desayuno:
- Mi taza de Coco.
- Leche.
- Cacao.
- Nata montada.
Preparé todo y desayuné sentada en el mármol de la cocina siendo observada con odio y deseo por parte de Luna. Después subí las escaleras y subí a mi habitación. Mi apartamento era un dúplex, pequeño y acogedor. Mi habitación era agaterada. Estaba llena de fotos con mis amigos, de recuerdos y para mí, era perfecta, pero lo que más me importaba de ella era mis guitarras y mi pequeño teclado. Allí pasaba tardes y noches escribiendo y expresando cada sentimiento y mi forma de ser... Abrí el armario y cogí unos vaqueros, mi jersey de punto gordo beis, mis botas marrones y un fular largo gris. Después fui al cuarto de baño para arreglarme un poco. Dejé mi melena negra suelta adornada con sus pequeñas ondas. Me pinté un poco el rímel pero no me pinté nada más. Me gustaba lo natural. Bajé y antes de salir por casa cogí mi bolso y mi gabardina gris. En el bolso metí las llaves de casa, la cartera, el libro que me estaba leyendo y el móvil. No tenía pensado ir en coche, eran las nueve de la mañana y esa mañana me apetecía pasear. Puse a Luna su collarín y cogí su correa. Salí de casa y fui hasta un parque cercano que se encontraba cerca del supermercado en el que la noche anterior le conocí en persona. Estuve en el parque durante más de media hora, sentada en la hierba y leyendo. Disfrutando de que la ciudad todavía se encontraba dormida y desconectado de la universidad. Fui a casa y dejé a mi perra. Me apetecía ir a una tienda de música que se encontraba cerca de mi portal. Conocía al dueño, era Mike y allí había comprado el teclado. En España tenía mi piano de pared pero en la mudanza no podía traerle así que compré uno digital nada más llegar aquí.
Caminé hasta la tienda y entré. Eran las diez y pico, sólo había cuatro o cinco personas en la tienda contándome a mí. Al entrar Mike me saludó y estuvimos hablando. Fui hacia la zona de guitarras, bajos y demás. Estuve mirando algunos bajos, me gustaría poder aprender a tocarle algún día. La puerta de la tienda se abrió y como de costumbre, alcé la mirada para ver quién era. Por un momento el tiempo se paró y mis ojos y los suyos se encontraron. Era él. Pude ver como bajo la mirada y sonrió para sí mismo. Yo comencé a sentir como el rubor escalaba hasta instalarse en mis mejillas. Dougie saludó a Mike, ¿se conocían? Seguí mirando los bajos esperando a que todo volviese a la normalidad, que él hubiese sido un espejismo, pero noté una voz en mi oído que hizo que un escalofrío recorriese todo mi cuerpo.
- Son bonitos , ¿a que sí?
Me giré y me encontré con esos ojos en los que la noche anterior me había perdido.
- Eh-eh, Doug... sí, algún día me gustaría comprarme uno.
- No pensaba que nos íbamos a volver a encontrar pero ya veo que la suerte está de mi lado.
Nos quedamos mirándonos sin darnos cuenta.
- Hahahaha sí, yo también lo pensaba... Bueno, ¿y qué hace tú por aquí?
- Pues creo que lo mismo que tú. Soñorita Patosa.
- Si es pasar el tiempo sin saber que hacer... bueno sí, observando unas de las cosas que más te gustan en la vida... es decir, ¡los instrumentos!.- Esa última frase la dije casi sin pensarlo, al principio tenía previsto decir otra cosa...
- Pues has dado en el clavo, aunque tenía previsto comprar un bajo pero da igual, ya lo haré otro día. Olle, ¿que te parece si salimos a desayunar por ahí?
- Dougie, no sé tú pero yo ya he desayunado.- Le sonreí y comencé a reírme. No sabía por qué.
- Ahora que lo dices... yo también. Bueno, ¿y si salimos a dar un paseo ahora que la ciudad está dormida?
- Me parece bien.- Le dijiste con una gran sonrisa.
Me sonrió y nos dirijimos hacia la salida de la tienda. Doug me abrió la puerta y me hizo la típica reverencia... En fin, era él. Antes de salir, se despidió de Mike con la mano y comenzamos a caminar sin rumbo fijo.
Antes de que pudiera darme cuenta, me encontrabas en una panadería. Doug estaba pidiendo unos bollitos rellenos de chocolate. Cogió la bolsa y salismos.
- Dougie, ¿no habías desayunado?.- Dije riéndome.
- Sí pero... tengo hambre.
Comenzó a reírse en medio de la calle y yo no pude hacer otra cosa que contagiarme con aquella risa que tantas veces había oído en vídeos.
Me tendió la bolsa y cogí un bollo.
- ¡Ya zé dónde pozremos ir!.- Me dijo con la boca llena.
- Miedo me das...- Comencé a reír.
- ¡Ei! ¿De qué te ríes tú pecosa? Por cierto, ya verás cómo te gusta.
Esa última frase la acompaño con una perfecta y sucia sonrisa que me hizo mucha gracia.
- ¿Pecosa? Ah, y me río porque me haces mucha gracia hablando con la boca llena.
- Sí, pecosa. Me gustan tus pecas. Jo, te metes conmigo.
Comenzó a lloriquear en broma. Me puse de puntilla y le di un pequeño abrazo.
- ¡Oh! No llores pequeño, tú sigue comiendo bollitos, ¿vale? Así que te gustan mis pecas, ¿eh?
- Chí, me hacen mucha gracia.- Dijo sonriente y con un brillo especial en sus ojos.
Abrí la boca haciéndome la ofendida y Doug aprovechó para meterme un bollo en la boca. Empezó a reír.
- Cantia, como y calla. Ya hemos llegado.- Me dedicó una sonrisa.
No me había dado cuenta pero llevábamos caminando más de quince minutos. Comencé a masticar con la boca abierta y mientras hacía sonidos raros a Dougie. Éste comenzó a reírse y le saqué la lengua. Me separé un momento de su mirada para observar el lugar en el que estábamos. Era un campo. Un campo rodeado de árboles y lleno de flores en plena primavera.
- ¿Dónde estamos?
- Bueno, es un sitio al que suelo venir cuando necesito desconectar. Suelen venir pocas personas y aquí puedo encontrar tranquilidad.
Había niños jugando, personas sumergidas en su lectura, en su trabajo o simplemente capturando panorámicas de aquel hermoso paisaje.
__________________________________________
Buenas people ^^ Espero que os guste este capítulo. A mí me ha gustado mucho escribirlo y espero que disfrutéis leyéndole. El siguiente será muy monooooso, sí.
Gracias a todas las personas que leen este fic de verdad, sois un apoyo enorme para escribir la historia. No me cansaré de daros las gracias, por votar/comentar o simplemente leer :)
Un besito :3
- Mi taza de Coco.
- Leche.
- Cacao.
- Nata montada.
Preparé todo y desayuné sentada en el mármol de la cocina siendo observada con odio y deseo por parte de Luna. Después subí las escaleras y subí a mi habitación. Mi apartamento era un dúplex, pequeño y acogedor. Mi habitación era agaterada. Estaba llena de fotos con mis amigos, de recuerdos y para mí, era perfecta, pero lo que más me importaba de ella era mis guitarras y mi pequeño teclado. Allí pasaba tardes y noches escribiendo y expresando cada sentimiento y mi forma de ser... Abrí el armario y cogí unos vaqueros, mi jersey de punto gordo beis, mis botas marrones y un fular largo gris. Después fui al cuarto de baño para arreglarme un poco. Dejé mi melena negra suelta adornada con sus pequeñas ondas. Me pinté un poco el rímel pero no me pinté nada más. Me gustaba lo natural. Bajé y antes de salir por casa cogí mi bolso y mi gabardina gris. En el bolso metí las llaves de casa, la cartera, el libro que me estaba leyendo y el móvil. No tenía pensado ir en coche, eran las nueve de la mañana y esa mañana me apetecía pasear. Puse a Luna su collarín y cogí su correa. Salí de casa y fui hasta un parque cercano que se encontraba cerca del supermercado en el que la noche anterior le conocí en persona. Estuve en el parque durante más de media hora, sentada en la hierba y leyendo. Disfrutando de que la ciudad todavía se encontraba dormida y desconectado de la universidad. Fui a casa y dejé a mi perra. Me apetecía ir a una tienda de música que se encontraba cerca de mi portal. Conocía al dueño, era Mike y allí había comprado el teclado. En España tenía mi piano de pared pero en la mudanza no podía traerle así que compré uno digital nada más llegar aquí.
Caminé hasta la tienda y entré. Eran las diez y pico, sólo había cuatro o cinco personas en la tienda contándome a mí. Al entrar Mike me saludó y estuvimos hablando. Fui hacia la zona de guitarras, bajos y demás. Estuve mirando algunos bajos, me gustaría poder aprender a tocarle algún día. La puerta de la tienda se abrió y como de costumbre, alcé la mirada para ver quién era. Por un momento el tiempo se paró y mis ojos y los suyos se encontraron. Era él. Pude ver como bajo la mirada y sonrió para sí mismo. Yo comencé a sentir como el rubor escalaba hasta instalarse en mis mejillas. Dougie saludó a Mike, ¿se conocían? Seguí mirando los bajos esperando a que todo volviese a la normalidad, que él hubiese sido un espejismo, pero noté una voz en mi oído que hizo que un escalofrío recorriese todo mi cuerpo.
- Son bonitos , ¿a que sí?
Me giré y me encontré con esos ojos en los que la noche anterior me había perdido.
- Eh-eh, Doug... sí, algún día me gustaría comprarme uno.
- No pensaba que nos íbamos a volver a encontrar pero ya veo que la suerte está de mi lado.
Nos quedamos mirándonos sin darnos cuenta.
- Hahahaha sí, yo también lo pensaba... Bueno, ¿y qué hace tú por aquí?
- Pues creo que lo mismo que tú. Soñorita Patosa.
- Si es pasar el tiempo sin saber que hacer... bueno sí, observando unas de las cosas que más te gustan en la vida... es decir, ¡los instrumentos!.- Esa última frase la dije casi sin pensarlo, al principio tenía previsto decir otra cosa...
- Pues has dado en el clavo, aunque tenía previsto comprar un bajo pero da igual, ya lo haré otro día. Olle, ¿que te parece si salimos a desayunar por ahí?
- Dougie, no sé tú pero yo ya he desayunado.- Le sonreí y comencé a reírme. No sabía por qué.
- Ahora que lo dices... yo también. Bueno, ¿y si salimos a dar un paseo ahora que la ciudad está dormida?
- Me parece bien.- Le dijiste con una gran sonrisa.
Me sonrió y nos dirijimos hacia la salida de la tienda. Doug me abrió la puerta y me hizo la típica reverencia... En fin, era él. Antes de salir, se despidió de Mike con la mano y comenzamos a caminar sin rumbo fijo.
Antes de que pudiera darme cuenta, me encontrabas en una panadería. Doug estaba pidiendo unos bollitos rellenos de chocolate. Cogió la bolsa y salismos.
- Dougie, ¿no habías desayunado?.- Dije riéndome.
- Sí pero... tengo hambre.
Comenzó a reírse en medio de la calle y yo no pude hacer otra cosa que contagiarme con aquella risa que tantas veces había oído en vídeos.
Me tendió la bolsa y cogí un bollo.
- ¡Ya zé dónde pozremos ir!.- Me dijo con la boca llena.
- Miedo me das...- Comencé a reír.
- ¡Ei! ¿De qué te ríes tú pecosa? Por cierto, ya verás cómo te gusta.
Esa última frase la acompaño con una perfecta y sucia sonrisa que me hizo mucha gracia.
- ¿Pecosa? Ah, y me río porque me haces mucha gracia hablando con la boca llena.
- Sí, pecosa. Me gustan tus pecas. Jo, te metes conmigo.
Comenzó a lloriquear en broma. Me puse de puntilla y le di un pequeño abrazo.
- ¡Oh! No llores pequeño, tú sigue comiendo bollitos, ¿vale? Así que te gustan mis pecas, ¿eh?
- Chí, me hacen mucha gracia.- Dijo sonriente y con un brillo especial en sus ojos.
Abrí la boca haciéndome la ofendida y Doug aprovechó para meterme un bollo en la boca. Empezó a reír.
- Cantia, como y calla. Ya hemos llegado.- Me dedicó una sonrisa.
No me había dado cuenta pero llevábamos caminando más de quince minutos. Comencé a masticar con la boca abierta y mientras hacía sonidos raros a Dougie. Éste comenzó a reírse y le saqué la lengua. Me separé un momento de su mirada para observar el lugar en el que estábamos. Era un campo. Un campo rodeado de árboles y lleno de flores en plena primavera.
- ¿Dónde estamos?
- Bueno, es un sitio al que suelo venir cuando necesito desconectar. Suelen venir pocas personas y aquí puedo encontrar tranquilidad.
Había niños jugando, personas sumergidas en su lectura, en su trabajo o simplemente capturando panorámicas de aquel hermoso paisaje.
__________________________________________
Buenas people ^^ Espero que os guste este capítulo. A mí me ha gustado mucho escribirlo y espero que disfrutéis leyéndole. El siguiente será muy monooooso, sí.
Gracias a todas las personas que leen este fic de verdad, sois un apoyo enorme para escribir la historia. No me cansaré de daros las gracias, por votar/comentar o simplemente leer :)
Un besito :3
domingo, 17 de julio de 2011
Capítulo III
Subí a casa y al abrir la puerta, Luna me estaba esperando. Luna es mi perra, sí, ya sé que dije que vivía sola pero me equivoqué, vivo con mi perra, si se puede decir así. Fui a la cocina y le llené el bebedero, ya de paso dejé la compra y cogí una manzana para cenar, no tenía mucho hambre y menos después de conocer a uno de tus ídolos. Hablando del tema, me parecía un sueño hecho realidad. No le veía ni los pies ni la cabeza a ese repentino encuentro pero había sido real. Fui a mi habitación y me puse el pijama. Cogí el teléfono y me dirigí al salón. Me acurruqué en una esquina y me puse una manta por los hombros. Marqué el número de mi mejor amiga, Silvia. Ella estaba en España pero hablábamos todas las noches. Nos conocíamos desde pequeñas y aunque ella no fuese una fan de McFly, me soportaba cuando hablaba de ellos y de Dougie en especial. Le conté lo que había pasado hacía escasamente una hora y ella se reía al ver lo nerviosa y feliz que estaba a la vez. Me dijo que en unos tres meses o así vendría a hacerme una visita, cuando terminase las clases en la universidad, y que me echaba mucho de menos. Hablamos durante una hora y me contó algunas cosas que habían pasado en mi pueblo. Después de hablar con ella me tumbé en el sofá con Luna y cogí el libro que me estaba leyendo pero me quedé dormida poco después.
Narra Dougie:
Me desperté sobre las nueve de la mañana gracias a los rayos de Sol que entraban por la ventana. Se me había olvidado bajar la persiana anoche. Al levantarme de la cama cogí mi cazadora y la olí. Olía a ella, a Cantia. Me acuerdo de ayer en el supermercado, su risa, sus ojos, su temido rubor...
Bajé a la cocina y cogí mi móvil. Tenía un mensaje de Tom.
' Eii Doug :)
Anoche pedí a Gi matrimonio, sí, os hice caso. Fuimos a la escuela de teatro en la que nos conocimos y se lo propuse. Bueno, que sé que es un poco temprano pero me acabo de levantar... hoy no estaré en casa, iré mañana así que tienes la casa para ti sólo ;) Mañana ya te contaré todo.
PD: Me dijo que síí!! '
Al leer el mensaje no pude hacer otra cosa que sonreír de felicidad, me alegraba por ellos dos, tantos años juntos... ya era hora. Le contesté al mensaje.
' Mi amor,
Me alegro un montón, ya era hora he gordito hahaha. Bueno, disfrutad mucho de este día. Mañana yo también te tengo que contar algo, bueno y a Danny y Harry pero os lo diré a todos mañana porque hoy no voy a salir... quizá vaya a la tienda de instrumentos a mirar un bajo... pero no saldré para nada más :) '
Desayuné un simple café con leche (caféconlechixD) y subí a la habitación para cambiarme. Veinte minutos después salí de casa, sobre las diez. Me dirigí a la tienda de instrumentos para ver si había algún bajo que me llamase la atención. Al entrar Mike me saludó. Mike es el dependiente de la tienda desde que se abrió, nos conocía a todos. Observé que en la tienda había unas cinco personas pero me percaté de la presencia de alguien en especial... era ella.
_______________________________________________
Holaa ^^ Sí, ya he vuelto del campamento :) Me lo he pasado genial y he conocido a una McFlyer :3
Y aprovechando.. FELICIDDADEEES MISTER DIMPLE!! :3 #happybdaytom #fletcherday #5yearspleaseplease
Bueno, decíos que en el capítulo anterior dos personas han dicho que no les gusta, por favor, si es de las que aviso que me lo digan por un comentario o privado y si no les gusta y no quieren que las avise que me lo digan o que dejen un simple comentario en el blog.
Y nada más, que esta noche seguramente suba uno largo para compensar estos doce días sin escribir y que a partir del cuarto los capítulos serán largos, ya tengo pensado todo.
Y como siempre, gracias por leer/votar/comentar de verdad.
Se os quiere :D
Narra Dougie:
Me desperté sobre las nueve de la mañana gracias a los rayos de Sol que entraban por la ventana. Se me había olvidado bajar la persiana anoche. Al levantarme de la cama cogí mi cazadora y la olí. Olía a ella, a Cantia. Me acuerdo de ayer en el supermercado, su risa, sus ojos, su temido rubor...
Bajé a la cocina y cogí mi móvil. Tenía un mensaje de Tom.
' Eii Doug :)
Anoche pedí a Gi matrimonio, sí, os hice caso. Fuimos a la escuela de teatro en la que nos conocimos y se lo propuse. Bueno, que sé que es un poco temprano pero me acabo de levantar... hoy no estaré en casa, iré mañana así que tienes la casa para ti sólo ;) Mañana ya te contaré todo.
PD: Me dijo que síí!! '
Al leer el mensaje no pude hacer otra cosa que sonreír de felicidad, me alegraba por ellos dos, tantos años juntos... ya era hora. Le contesté al mensaje.
' Mi amor,
Me alegro un montón, ya era hora he gordito hahaha. Bueno, disfrutad mucho de este día. Mañana yo también te tengo que contar algo, bueno y a Danny y Harry pero os lo diré a todos mañana porque hoy no voy a salir... quizá vaya a la tienda de instrumentos a mirar un bajo... pero no saldré para nada más :) '
Desayuné un simple café con leche (caféconlechixD) y subí a la habitación para cambiarme. Veinte minutos después salí de casa, sobre las diez. Me dirigí a la tienda de instrumentos para ver si había algún bajo que me llamase la atención. Al entrar Mike me saludó. Mike es el dependiente de la tienda desde que se abrió, nos conocía a todos. Observé que en la tienda había unas cinco personas pero me percaté de la presencia de alguien en especial... era ella.
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Holaa ^^ Sí, ya he vuelto del campamento :) Me lo he pasado genial y he conocido a una McFlyer :3
Y aprovechando.. FELICIDDADEEES MISTER DIMPLE!! :3 #happybdaytom #fletcherday #5yearspleaseplease
Bueno, decíos que en el capítulo anterior dos personas han dicho que no les gusta, por favor, si es de las que aviso que me lo digan por un comentario o privado y si no les gusta y no quieren que las avise que me lo digan o que dejen un simple comentario en el blog.
Y nada más, que esta noche seguramente suba uno largo para compensar estos doce días sin escribir y que a partir del cuarto los capítulos serán largos, ya tengo pensado todo.
Y como siempre, gracias por leer/votar/comentar de verdad.
Se os quiere :D
martes, 5 de julio de 2011
Capítulo II
Al salir, pude notar como el frío comenzaba a hacer efecto en mi cuerpo. Sí, es Abril y en Londres las noches son muy frías. Además, estaba empapada de un líquido que cada vez de volvía mas pegajoso y repugnante. Dougie se dio percató del pequeño escalofrío que recorrió mi cuerpo.
- Toma, póntela. -me tendió su cazadora de borreguillo.
- No, no hace falta si vivo aquí al lado.-le dije señalando el piso.
- Por favor, póntela. Como si vives en el mismo supermercado. Estás congelada y mojada y eso es equivalente a un buen costipado. ¡Bien! ¡Me ha salido una oferta, dos por uno!
Nos empezasmos a reír como dos locos en frente de una puerta de un supermercado.
- Por cierto querida patosa, no me ha dicho usted su nombre, ¿sería tan amable de decírmelo?
- ¿Querida patosa? Já, perdona pero la culpa ha sido del melocotón.
Me miro y nos reímos al unísono.
- Bueno, y mi nombre sí, lo puede saber. Soy Cantia.-le sonreí.
- ¿Cantia? Que nombre más raro y bonito a la vez.
Me sonrojé y sonreí.
- Apostaría lo que quieras a que eres española...
- Sí, has acertado Poynter, 'Olé'.
- Si es que podría diferenciar a las españolas en cualquier parte.
- Seguro...
- ¡Sí!.
Nuestras miradas se cruzaron mientras el silencio reinaba por toda la calle.
- Em, esto... Cantia, creo que sería mejor que te acompañase hasta casa...
Podía notar en su voz como estaba nervioso.
- No de verdad, no hace falta, ya te he dicho que vivo ahí al lado...
- Bueno, vale, pero déjame acompañarte hasta la puerta.
Me miró y puso esa cara de cachorrillo que tantas veces había visto en fotos y vídeos.
- Vale, está bien, tú ganas.
Sonrió y comenzasteis a andar. Llegasteis a tu portal en menos de treinta segundos.
- Joder, pues si que vives cerca...
- Lo primero, no digas palabras mal sonantes y lo segundo, te lo dije.
- Da igual, ha sido un placer 'señourita'.
Me miró y sonreímos.
- Bueno, toma.- le di su cazadora.- Gracias.
- No hay de que.- Me miró y sonrió de lado.
- Esto, me voy ya que necesito darme una ducha y hacer la cena. Ha sido todo un placer conocer a uno de mis ídolos y pasar 15 agradables minutos con él.- Le dije sonriente.
- El placer ha sido sólo mío.- Y puso una cara triste.
Me quede con cara de WTF??
- Dougie, estás muy mal de la cabeza.
- Eso no es nada nuevo...
Sonreísmos y con un leve movimiento con la mano se despidió. Observé como desaparecía al cruzar una calle. Rápidamente subí a casa.
Narra Doug:
Llegué a casa de Tom. Ni Gi ni él estaban en casa, habían ido a cenar. Abrí la nevera y cogí una cerveza. Subí a mi habitación y me tumbé en la cama.
No sé lo que ha pasado, ni cómo, ni por qué. Esa chica, sus ojos, su sonrisa... ella. Sentí algo raro, no sé como explicarlo... cuando levantó la mirada y me miró...
Es una sensación que no sentía desde hace mucho tiempo, que pensaba que no iba a volver a sentir.
¡Mierda Doug! No sabes su teléfono, ni si la volverás a ver... de lo malo malo sé donde vive...
Me quedé dormido pensando en ella, en lo que sentía.
____________________________________________
Hello!! Bueno, esto es todo. Espero que os guste :3 . Por favor, votad y comentad las que queráis. Da igual, si son reacciones buenas o malas, me gustaría saber todas xD
Tengo que deciros que mañana me voy a un campamento diez días y que subiré cuando llegue... :S
Nada más que decir, sólo que muchísimas gracias por leer y por votar/comentar... Gracias de verdad.
domingo, 3 de julio de 2011
Capítulo I
Fui hasta el supermercado más cercano, era pequeño y se encontraba en la esquina de la calle en la que vivo.
Bueno no me he presentado, soy Cantia y tengo 20 años. Actualmente resido en Londres pero soy española. ¿Los motivos? Estudio aquí en la universidad. Vivo sola, en un pequeño apartamento pero para mí es el lugar en el que soy yo misma, no sé como expresarme, es mi lugar. La música es todo para mí. Hice la licenciatura en el conservatorio de mi pueblo, en España, en canto y piano. Además toco la guitarra y compongo canciones. Mis ídolos a seguir son cinco personas, en especial cuatro, un grupo, McFly. Los sigo desde la primera vez que pude oír hablar de ellos en España, desde aquel día soy feliz cada día gracias a ellos y su música.
Al entrar vi que no había casi gente, normal, eran las nueve menos cuarto de la noche, cerrarían dentro de un rato.
Lo que tenía que comprar era básico, no tardaría mucho. Me dirigí al pasillo en el que se encontraban las bebidas y cogí un pack de seis botellas de agua, después cogí una botella de aceite y cuando iba a ir a la caja vi una oferta típica en ese supermercado, '2x1 en latas de espárragos'. Pensé en que estaría bien tener espárragos en casa por alguna emergencia. Me dirigí hacia la pirámide en la que estaban colocados y al ir a coger los dos tarros, todos se vinieron abajo.
- ¡Lo siento, lo siento, lo siento! De verdad, ¡perdóname, por favor!
Estaba en el suelo tumbada todo lo que era de larga. Me había tropezado con un tarro y me había caído de culo. El suelo estaba lleno de ese caldo tan ... args! estaba empapada. Al verme en esa situación no pude hacer otra cosa que reírme, sí, reírme yo sola de lo que había pasado pero oí una voz preocupada y familiar y unos pasos apresurados que se dirigían hacia mí. Alcé la vista y pude ver unos ojos de un color único que sólo podía tener él.
- Eii, ¿estás bien? Lo siento...
- T-tú, mi ídolo, tú... - esas palabras conseguí articularlas en bajo pero el las escuchó y sonrió tímidamente.
Se agachó y se sentó en el suelo, a mi lado. Llevaba los guantes que te pones para coger la fruta y tenía agarrado un melocotón en su mano.
- Te lo voy a decir bajito, bueno no, en tono normal que no hay nadie... A no ser que tu ídolo sea Dougie Poynter no veo a nadie más por aquí...- me miró y sonrió.
Yo seguía mirándole pero notaba como el rubor aparecía en mis mejillas y solo esperaba que no se instalase en ellas durante mucho tiempo.
- Sí, em, bueno... sí, eres uno de mis ídolos, tú y el resto de McFly sois mis ídolos... respecto a la primera pregunta que me hiciste, sí, estoy bien, no pasa nada.- bajé la mirada a mis manos y sonreí.
- Es que estaba comprando unos melocotones y no tenía bolsa y...
- No, si no pasa nada, no hace falta que me lo expliques, un accidente lo tiene cualquiera.- y me reí con una sonora carcajada.
- A ver, tú déjame explicarme y después vamos por partes. Sigo explicándome, bueno, y entonces los tenía colocados en los brazos y al coger otro se me cayeron y uno pareció acabar derribando todos los tarros como bolos e hizo ¡pleno!.-Doug me miró y nos reímos a la par.- No sabía donde había ido a parar y al oír como alguien se reía por este pasillo me acerqué y te vi... bueno y eso. Segundo, estas llena de un caldo raro de espárragos de fábrica y necesitarás darte una ducha. Tercero, van a cerrar dentro de 5 minutos y tendrás que ir a pagar tu pequeña compra y antes de que digas nada, no, no me hacen falta los melocotones. Y cuarta y última cosa que te voy a decir y podrás hablar, parecemos idiotas sentados en el suelo lleno de líquido y sucio.
Mientras el hablaba, yo le miraba y me aguantaba la risa hasta que cuando ya acabó, pude reírme a gusto. El se unió a mi risa y se levantó tendiéndome la mano para poder levantarme y no resbalarme en el intento. Cogí lo que había comprado y nos dirigimos hasta la caja. Me atendió una cajera que estaría a punto de jubilarse así que no reconoció a mi acompañante. Pagué la compra y salimos de aquel supermercado.
____________________________________________________________________________
¡Hola! Espero que os haya gustado. Es el primer capítulo y no sabía como empezar y así ha salido la cosa, esta noche tengo pensado subir el segundo pero antes me gustaría ver la reacción de l@s lectoras/es...
Nada más que decir, que muchas gracias por leer y que mi twitter es @Cantia_NotAlone por si a alguien le interesa, aunque ya lo puse en la presentación hace un buen rato...
Xxx.
Bueno no me he presentado, soy Cantia y tengo 20 años. Actualmente resido en Londres pero soy española. ¿Los motivos? Estudio aquí en la universidad. Vivo sola, en un pequeño apartamento pero para mí es el lugar en el que soy yo misma, no sé como expresarme, es mi lugar. La música es todo para mí. Hice la licenciatura en el conservatorio de mi pueblo, en España, en canto y piano. Además toco la guitarra y compongo canciones. Mis ídolos a seguir son cinco personas, en especial cuatro, un grupo, McFly. Los sigo desde la primera vez que pude oír hablar de ellos en España, desde aquel día soy feliz cada día gracias a ellos y su música.
Al entrar vi que no había casi gente, normal, eran las nueve menos cuarto de la noche, cerrarían dentro de un rato.
Lo que tenía que comprar era básico, no tardaría mucho. Me dirigí al pasillo en el que se encontraban las bebidas y cogí un pack de seis botellas de agua, después cogí una botella de aceite y cuando iba a ir a la caja vi una oferta típica en ese supermercado, '2x1 en latas de espárragos'. Pensé en que estaría bien tener espárragos en casa por alguna emergencia. Me dirigí hacia la pirámide en la que estaban colocados y al ir a coger los dos tarros, todos se vinieron abajo.
- ¡Lo siento, lo siento, lo siento! De verdad, ¡perdóname, por favor!
Estaba en el suelo tumbada todo lo que era de larga. Me había tropezado con un tarro y me había caído de culo. El suelo estaba lleno de ese caldo tan ... args! estaba empapada. Al verme en esa situación no pude hacer otra cosa que reírme, sí, reírme yo sola de lo que había pasado pero oí una voz preocupada y familiar y unos pasos apresurados que se dirigían hacia mí. Alcé la vista y pude ver unos ojos de un color único que sólo podía tener él.
- Eii, ¿estás bien? Lo siento...
- T-tú, mi ídolo, tú... - esas palabras conseguí articularlas en bajo pero el las escuchó y sonrió tímidamente.
Se agachó y se sentó en el suelo, a mi lado. Llevaba los guantes que te pones para coger la fruta y tenía agarrado un melocotón en su mano.
- Te lo voy a decir bajito, bueno no, en tono normal que no hay nadie... A no ser que tu ídolo sea Dougie Poynter no veo a nadie más por aquí...- me miró y sonrió.
Yo seguía mirándole pero notaba como el rubor aparecía en mis mejillas y solo esperaba que no se instalase en ellas durante mucho tiempo.
- Sí, em, bueno... sí, eres uno de mis ídolos, tú y el resto de McFly sois mis ídolos... respecto a la primera pregunta que me hiciste, sí, estoy bien, no pasa nada.- bajé la mirada a mis manos y sonreí.
- Es que estaba comprando unos melocotones y no tenía bolsa y...
- No, si no pasa nada, no hace falta que me lo expliques, un accidente lo tiene cualquiera.- y me reí con una sonora carcajada.
- A ver, tú déjame explicarme y después vamos por partes. Sigo explicándome, bueno, y entonces los tenía colocados en los brazos y al coger otro se me cayeron y uno pareció acabar derribando todos los tarros como bolos e hizo ¡pleno!.-Doug me miró y nos reímos a la par.- No sabía donde había ido a parar y al oír como alguien se reía por este pasillo me acerqué y te vi... bueno y eso. Segundo, estas llena de un caldo raro de espárragos de fábrica y necesitarás darte una ducha. Tercero, van a cerrar dentro de 5 minutos y tendrás que ir a pagar tu pequeña compra y antes de que digas nada, no, no me hacen falta los melocotones. Y cuarta y última cosa que te voy a decir y podrás hablar, parecemos idiotas sentados en el suelo lleno de líquido y sucio.
Mientras el hablaba, yo le miraba y me aguantaba la risa hasta que cuando ya acabó, pude reírme a gusto. El se unió a mi risa y se levantó tendiéndome la mano para poder levantarme y no resbalarme en el intento. Cogí lo que había comprado y nos dirigimos hasta la caja. Me atendió una cajera que estaría a punto de jubilarse así que no reconoció a mi acompañante. Pagué la compra y salimos de aquel supermercado.
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¡Hola! Espero que os haya gustado. Es el primer capítulo y no sabía como empezar y así ha salido la cosa, esta noche tengo pensado subir el segundo pero antes me gustaría ver la reacción de l@s lectoras/es...
Nada más que decir, que muchas gracias por leer y que mi twitter es @Cantia_NotAlone por si a alguien le interesa, aunque ya lo puse en la presentación hace un buen rato...
Xxx.
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